
El oro cae a su nivel más bajo desde principios de julio de 2020 y acumula así cinco sesiones a la baja, su peor racha desde el comienzo de la pandemia en marzo. La onza del metal dorado cotiza este miércoles sobre los 1.774 dólares, dejándose así más de un 6% en lo que va de año.
Las caídas de los últimos días se han visto acentuadas por un repunte del dólar, que gana un 1,14% desde que comenzó 2021, y por un aumento de la rentabilidad del bono estadounidense a 10 años, que marcó ayer niveles no vistos desde finales de febrero del año pasado, situándose sobre el 1,31% de rentabilidad mientras que comenzó enero sobre el 0,9%.
"Las próximas 48 horas serán clave para el oro", afirma Ole Hansen, jefe de estrategia de materias primas de Saxo Bank. "El hecho de que ha estado cayendo mientras las expectativas de inflación han aumentado es preocupante y probablemente se deba a que el mercado espera rendimientos de los bonos aún más altos y un dólar más fuerte", añade el experto.
Según apunta Bloomberg, es posible que haya más pérdidas en el horizonte después de que el promedio móvil de 50 días del lingote haya retrocedido por debajo de su contraparte de 200 días, lo que se conoce como patrón de 'cruz de muerte', una señal bajista que puede indicar que se avecina una importante recesión en el mercado.
Mientras tanto, el SPDR Gold Shares, el fondo cotizado en bolsa respaldado por lingotes más grande del mundo, cayó a su nivel más bajo desde junio. Las entradas que vivió este fondo en agosto fueron un impulsor clave del repunte que experimentó el metal durante dicho mes, y podrían presionar aún más los precios si se mantienen las salidas. Además, que el lingote haya caído por debajo de los mínimos de noviembre es "una caída que podría acumular más presión técnica sobre el metal", según apuntan expertos consultados por Bloomberg.
"Un repunte descontrolado en los rendimientos de los bonos globales ha asestado un golpe fatal al oro", afirma Edward Moya, analista de mercado de Oanda Corp. "Los rendimientos están aumentando en las apuestas de reflación, y eso está provocando la desaparición de muchas operaciones del refugio seguro", añade el experto.
El valor refugio por excelencia se estaría viendo mermado ante la expectativa de una pronta recuperación de la economía a medida que la vacunación avanza. Las ventas minoristas en EEUU de enero crecieron un 5,3%, lo que supone el mejor dato desde 2011, lo que indica que la recuperación del consumidor esta bien encaminada.