Análisis 23-J
Alberto Núñez Feijóo ya arrancó la campaña electoral haciendo doblete. Viajó desde Os Peares, su pueblo natal en Ourense, hasta Castelldefels, en Barcelona. Y siguió hasta el final con un mitin por la mañana y otro por la tarde casi todos los días, empeñado en ser el candidato que más se pateara España en busca del voto útil. Ése que apela a que cada papeleta tenga su reflejo en escaños para facilitar la formación de una mayoría parlamentaria sólida, que en su caso venía a ser lo mismo que depender lo menos posible de los apoyos de Vox. "Puede que no seamos tu partido, pero en este momento somos la solución", pregonaba la lona colgada en un edificio de la calle Cedaceros de Madrid.