Opinión

Feijóo basó su estrategia en recorrer España en busca del voto útil

  • El presidente del PP quiso concentrarse en las circunscripciones más pequeñas
  • El líder popular se hurtó a sí mismo la posibilidad de acudir al debate a tres
El candidato popular a la presidencia española, Alberto Núñez Feijóo. Europa Press
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Alberto Núñez Feijóo ya arrancó la campaña electoral haciendo doblete. Viajó desde Os Peares, su pueblo natal en Ourense, hasta Castelldefels, en Barcelona. Y siguió hasta el final con un mitin por la mañana y otro por la tarde casi todos los días, empeñado en ser el candidato que más se pateara España en busca del voto útil. Ése que apela a que cada papeleta tenga su reflejo en escaños para facilitar la formación de una mayoría parlamentaria sólida, que en su caso venía a ser lo mismo que depender lo menos posible de los apoyos de Vox. "Puede que no seamos tu partido, pero en este momento somos la solución", pregonaba la lona colgada en un edificio de la calle Cedaceros de Madrid.

El eslogan resume bien la estrategia que llevaría a concentrarse en las circunscripciones pequeñas donde se han repartido cuatro o cinco escaños, y había uno en juego por la división del voto de la derecha.

Higiene democrática

Sin lugar a dudas, lo más difícil de esta campaña del PP fue tener que hacer equilibrismo con la defensa del "acuerdo de higiene democrática" ofrecido a Pedro Sánchez para que gobierne la lista más votada, y los "pactos de geometría variable". La sala de máquinas de Génova siempre pretendió la cuadratura del círculo. Por mucho que fueran conscientes de que ambas propuestas transmitían ideas antagónicas.

Cuando Feijóo defendía que debe gobernar la lista más votada, trasladaba el mensaje de que Vox o Sumar son partidos desaconsejables, lo que obligaría a PP y PSOE a facilitar la investidura del otro para evitar el chantaje de los extremos. Cuando apelaba a la geometría variable, estaba proclamando que los populares se pueden aliar con Vox sin complejos. Y más aún después de que Sánchez haya presidido un Frankenstein con lo peor de cada casa.

Vox o la cuadratura del círculo

Así que desde el primer momento había que decidir qué es Vox. ¿Un partido peligroso, como pensaba María Guardiola antes de tener que tragarse sus críticas para presidir la Junta de Extremadura? ¿O una formación constitucionalista como cualquier otra, según interpretó Carlos Mazón en la Comunidad Valenciana? Las encuestas no tardaron en reflejar la contradicción y el equipo de campaña del PP se tuvo que emplear más a fondo. Para intentar aclarar las cosas -y ahí lo ocurrido en la Región de Murcia ayudó bastante-, y para convencer de que Feijóo aspira a mucho más que a derogar el sanchismo.

Porque aunque también incluya la promesa de revertir las leyes más ideológicas y dañinas de la XIV legislatura, el programa con el que los populares se han presentado a estas generales incluye reformas de calado para devolver la neutralidad a las instituciones. Y un buen número de medidas económicas dirigidas a la clase media sobre todo, que ha sido la más perjudicada por las sucesivas crisis que hemos padecido desde la Gran Recesión.

"Necesitamos un país con estabilidad y seguridad jurídica, sin bandazos, que favorezca la inversión de las empresas. Sin insultos ni castigos fiscales a quien crea empleo", proclamó el líder de los populares en el mitin central de Pontevedra ante 12.000 personas. Feijóo llenó el día 9 en la misma plaza de toros donde estrenó las campañas que le llevaron a sus cuatro mayorías absolutas en la Xunta de Galicia, convertida ahora en talismán para llegar a la Moncloa…

Y para doblarle el pulso a Pedro Sánchez en el "cara a cara" del día siguiente contra casi todos los pronósticos. Porque no es que no cometiera errores el candidato del PP en aquel debate a dos que desmoralizó al electorado de la izquierda y lo cambió todo, pero sí que supo rentabilizar los de su adversario al máximo.

Sánchez se quedó descolocado ya en el primer bloque al comprobar que Feijóo le afeaba los datos macroeconómicos del último lustro y no de los últimos meses, desmontando sus coartadas de la pandemia y la guerra.

Aciertos del 'cara a cara'

Luego llegaría, por ejemplo, otro de los aciertos del cara a cara y de la campaña: la imposición de peajes en las autovías a partir de 2024. Sánchez lo desmintió categóricamente, pero Bruselas confirmó que se trata de un compromiso adquirido por el Gobierno de España en el Plan de Recuperación. Patinazo del PSOE en toda regla.

La izquierda se cobraría su venganza, no obstante, cuando el presidente del PP se enfrentó a la periodista de TVE que le reprochó que su partido no subiera las pensiones conforme al IPC los años 2012, 2013 y 2017. "No sé de dónde saca usted eso. Revise esos datos", le dijo enojado el líder del PP, y luego tuvo que rectificar. Porque estas cosas pasan, se equivocó.

Equivocación

Igual que se equivocó seguramente, al no acudir al debate con Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y Santiago Abascal. Se hurtó a sí mismo la posibilidad de defenderse del ataque por los tres flancos cuando tenía todas las de ganar, según la mayoría de los analistas.

Un miembro del equipo de Feijóo cuenta a elEconomista.es pocas horas antes de cerrarse los colegios electorales, que en Génova se sienten "muy satisfechos" con la campaña en general, "sobre todo porque hemos conseguido evitar el fango al que intentaron arrastrarnos PSOE y Sumar desde el minuto uno".

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