La historia inacabada del virólogo chino Zhang Yongzhen refleja a la perfección cómo de la noche a la mañana podemos perderlo todo. Probablemente no le suene su nombre, pero sin sus avances, descubrimientos y publicaciones la humanidad no habría podido desarrollar con éxito vacunas contra la covid-19 (o, al menos, de manera tan rápida). Y a pesar de obtener numerosos reconocimientos internacionales al mérito científico, hoy duerme en la calle.