Además del Índice de Precios al Consumidor (IPC), en los últimos tiempos han surgido otros indicadores con el fin de explicar a los hogares las variaciones en el coste de determinados productos, en particular sobre el precio de los alimentos. Así, conocemos con el Índice Tortilla de patata, el cual refleja la inflación de los ingredientes necesarios para cocinar este plato; después, apareció el Índice Paella, más complejo al contar con ingredientes más variados; y ahora, en vísperas de la Semana Santa, aparece el Índice Torrija.
Este índice económico, calculado por EAE Business School, analiza cuánto se ha encarecido elaborar el que sin duda es el postre más famoso de estas fechas. Para hacer este cálculo, la escuela de negocios ha analizado la variación de precios que han sufrido los principales ingredientes de los que se compone: pan, leche, huevos, aceite y azúcar.
Según sus estimaciones, el precio medio de cocinar una torrija en Semana Santa (en febrero) ha subido un 34% respecto al febrero de 2023. Cabe destacar, además, que ya el año pasado se había encarecido un 19,15% respecto al 2022, y que ese año también aumentaron los costes otro 19,3% respecto a 2021. Por lo tanto, las torrijas son ahora un 72% más caras que hace tres años.
A pesar de que el último IPC refleja una subida del 2,8%, la inflación de febrero ha impactado especialmente sobre alimentos básicos (como los ingredientes de los que se compone la torrija). Si bien el precio de la leche ha caído un 1% y el del pan únicamente ha subido un 2%, los precios del azúcar y de los huevos crecieron un 4,1% y un 5%, respectivamente. Sin embargo, el principal responsable de esta carestía es el aceite de oliva, el cual ha subido en el último año un 67%.
El cálculo de EAE también tiene en cuenta que tanto la electricidad como el gas han bajado en el último un 7,7% y 21%, respectivamente, aunque estas disminuciones no contrarrestan la subida de precios del resto de ingredientes.