La chispa saltaba hace pocas semanas, tras unas palabras de Larry Fink, CEO de BlackRock, en las que parecía alejarse del férreo compromiso con la sostenibilidad que había adquirido el mayor fondo de inversión privado del mundo. Su argumento defendía que, en un momento en que el conflicto bélico de Ucrania amenaza con cronificarse, la seguridad energética debe ser ahora la prioridad. El debate aumentaba hace solo unos días, al desvelarse una investigación por un supuesto caso greenwashing de la gestora DWS.

Socio director de Valora Consultores