Empezando el 2024 es imperativo abordar la posibilidad de una crisis de deuda. El cierre del año pasado deja tras de sí una deuda global asombrosa y plantea preguntas difíciles de responder. El desafío es claro: equilibrar el estímulo económico con la responsabilidad fiscal, abordar la deuda de manera sostenible y comprender la complejidad jurídica que rodea a las empresas con niveles significativos de endeudamiento.