En un contexto económico y político global sometido a profundas transformaciones, muchos países de la OCDE están redefiniendo sus políticas de fomento económico. Lo hacen con la perspectiva de reconfigurar su inserción geoestratégica en las cadenas globales de suministros, que se han mostrado vulnerables en los últimos años, impulsar la innovación hacia los sectores de crecimiento de futuro y mejorar la competitividad de sus respectivos ecosistemas productivos.