Coches sumergibles en el mar, tintas invisibles, cámaras de foto que caben en un zapato, micrófonos, microfilms ultra secretos, hackers... Desde que el cine empezó a contar historias a principios del siglo XX ha tenido una gran relación con el espionaje. Así lo recoge la exposición y el libro editado sobre la misma, Top Secret, cine y espionaje, de la Fundación La Caixa, que muestra la fructífera relación que tiene el Séptimo arte con los vendedores de secretos.