Opinión
Todas las compañías, de diferentes sectores y no sólo en el ámbito de las telecomunicaciones, decimos que tenemos "el cliente en el centro", o "los clientes más satisfechos", pero sabemos que el cliente de "a pie" no siempre opina lo mismo. Trabajo en una de ellas, y sé que escribir esto es polémico. También sé que negarlo es tan sencillo como lo es llenar las webs de mensajes de "el cliente es lo primero", pero reconocerlo es el primer paso para resolverlo y cambiar de verdad. A veces me pregunto en qué momento dejamos de hacer las cosas bien, y no me refiero a grandes decisiones. Hablo de lo pequeño. De atender una llamada sin pensar solo en vender algo, de resolver una duda sin mirar el reloj, de cumplir con lo que dijiste. De perder el miedo a que una persona atienda a otra persona y decirle: tranquilo, me ocupo yo.