Opinión
Vivimos tiempos, en este verano de 2025, de enorme complejidad en el escenario internacional, ante la incertidumbre que produce el impacto que va a tener la política arancelaria de Estados Unidos tensionando el comercio global, con dos guerras activas en Europa y Oriente Próximo, y con la inflación aún latente en muchas economías desarrolladas. En medio de todo este contexto, España se ha convertido en un ejemplo de estabilidad y liderazgo económico en el conjunto de la Unión Europea. Este éxito de país es el resultado de una política económica rigurosa, solvente y socialmente comprometida, desplegada por el gobierno de Pedro Sánchez desde 2018. Una estrategia que ha apostado por la inversión pública, la modernización productiva y la cohesión social como motores de un crecimiento inclusivo y sostenible, que está permitiendo crear más empleo que nunca y también más estable y de mayor calidad.