Secretario general del PSOE de Cantabria. Portavoz de Economía en el Congreso
Opinión

Vivimos tiempos, en este verano de 2025, de enorme complejidad en el escenario internacional, ante la incertidumbre que produce el impacto que va a tener la política arancelaria de Estados Unidos tensionando el comercio global, con dos guerras activas en Europa y Oriente Próximo, y con la inflación aún latente en muchas economías desarrolladas. En medio de todo este contexto, España se ha convertido en un ejemplo de estabilidad y liderazgo económico en el conjunto de la Unión Europea. Este éxito de país es el resultado de una política económica rigurosa, solvente y socialmente comprometida, desplegada por el gobierno de Pedro Sánchez desde 2018. Una estrategia que ha apostado por la inversión pública, la modernización productiva y la cohesión social como motores de un crecimiento inclusivo y sostenible, que está permitiendo crear más empleo que nunca y también más estable y de mayor calidad.

Opinión

Este 2025 es un año para recordar en lo que concierne a la economía española. Es una de las conclusiones que se desprende de la Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral de España del año pasado, publicada por el Consejo Económico y Social, uno de los organismos consultivos más prestigiosos de nuestro país. A pesar de que algunos parecen enfrascados en intentar generar la sensación de que todo va mal -para ver si así a ellos todo les puede ir mejor- los datos se empeñan en desmentirlos.

Opinión

El Informe Anual del Banco de España muestra una radiografía clara de nuestra economía: un crecimiento firme, una consolidación fiscal en marcha y una mejora de los principales indicadores que refuerzan la imagen de España como un país estable, fiable y resiliente en el entorno europeo, generando confianza en los mercados internacionales. España creció en 2024 un 3,2%, muy por encima de las previsiones iniciales que el Banco de España había realizado y que enmarcaban dicho crecimiento en el entorno del 1,9%. Nuestro país aportó casi la mitad del avance del PIB de toda la zona del euro y creció el triple que la media de los países que compartimos la moneda única, que se situó en el entorno del 0,8%. Volverá a ocurrir en 2025, como pronostican todos organismos nacionales e internacionales como la Comisión Europea, el FMI o la OCDE. Estos días, en la actualización de sus previsiones para 2025, durante la presentación del Informe Anual, redujo tres décimas la previsión de crecimiento para este año, hasta el 2,4%, ante el posible impacto que pueda tener la guerra comercial iniciada por Estados Unidos con el incremento de los tipos arancelarios. Una previsión responsable marcada por la complejidad del contexto global que, además, continua una senda prudente que siempre ha caracterizado al organismo a la hora de elaborar sus previsiones y que, finalmente, el crecimiento real siempre las ha superado.

Este 2025, España celebra el 40º aniversario de la firma del tratado de adhesión a la Comunidad Económica Europea, que dio paso años más tarde, con el Tratado de Maastricht de 1992, al germen de lo que hoy conocemos como la Unión Europea. Aquella decisión de incorporarnos como país a la UE ha sido, sin duda, una de las que mayor trascendencia han tenido en el rumbo económico y social de España.

Los datos no solo son el mejor antídoto contra la desinformación que provocan de forma intencionada sectores políticos y económicos para generar inestabilidad, inseguridad y desconfianza, sino también el mejor instrumento para calibrar el optimismo ante el contexto de cambios e incertidumbre global.

El anuncio de una nueva política de aranceles de Estados Unidos, promovida por el presidente Donald Trump, supone un nuevo desafío comercial, económico y social para el mundo. Una medida proteccionista que ha alterado el marco de estabilidad global y supone un riesgo para sectores claves de nuestra economía, como la industria del acero, de la automoción, la industria farmacéutica y cosmética o el sector primario.

El empleo, uno de los indicadores económicos que muestra con mayor claridad el estado de una economía, sigue dando buenas noticias. Febrero ha vuelto a demostrar que la política económica del Gobierno de España funciona, convirtiéndose en el segundo mes de febrero en 17 años con mayor creación de empleo, hasta alcanzar los 21,45 millones de afiliados a la Seguridad Social.

La actualidad económica muestra también la realidad: la economía española atraviesa un momento de estabilidad, de confianza y credibilidad tras seis años de reformas e inversiones que están permitiendo transformar el modelo productivo e impulsando la actividad y la generación de empleo. Analistas del TS Lombard consideran a España un ejemplo modélico y JP Morgan recomienda a los inversores comprar bonos españoles y vender los alemanes. Algo impensable hace unos años y que es la evidencia de la buena salud de nuestra economía.

Si algo ha demostrado España en los últimos años es la capacidad de superar todas las previsiones y 2024 ha vuelto a ser otro buen año para demostrarlo.

Una de las principales amenazas sobre la democracia es la desinformación. Asistimos a campañas interesadas promovidas por sectores con intereses concretos que buscan generar miedo y desconfianza hacia las instituciones porque ese es el caldo de cultivo para el crecimiento de posiciones políticas radicales que, a su vez, cuestionan los valores mismos sobre los que se asienta la convivencia y la paz social en una democracia.