
La OCDE eleva las previsiones de crecimiento de la economía española en 2024 hasta el 3 por ciento y al 2,3 por ciento en 2025. Somos la gran economía europea que lidera el crecimiento, progresando cuatro veces más que la media de la zona euro y la economía desarrollada del mundo que más crece, por delante de Estados Unidos.
Se une así al Banco de España, a la Comisión Europea, al FMI, al BBVA Research, a FUNCAS; en definitiva, a todos los organismos nacionales e internacionales que llevan todo el año elevando las previsiones económicas de España ante los buenos datos de empleo, de exportaciones o de sectores como el turismo.
Estamos creciendo más y mejor, sin algunos de los desequilibrios históricos de la economía española. Y eso se explica, por ejemplo, con los datos de inversión en I+D, que crecieron un 15,8 por ciento en España, a un ritmo 2,5 por ciento superior que la media de la Unión Europea, que creció un 6,5 por ciento de media, y muy por encima de Alemania -un 7 por ciento-, Francia -un 4,7 por ciento- o Italia -con un 2,4 por ciento-.
Los datos de empleo también son muy positivos. España lidera la creación de empleo en el contexto de las grandes economías europeas, con un 8 por ciento más desde finales de 2021. Frente a Italia, un 5,1 por ciento más; a Francia, un 2,3 por ciento más o Alemania, con un 1,7 por ciento más.
Son ya 55 meses de crecimiento del empleo consecutivos. La Seguridad Social ha registrado 21.301.787 afiliados en noviembre, descontando la estacionalidad y el efecto calendario; es decir, un aumento de 495.428 ocupados en lo que va de año. Por otra parte, hay 41.961 autónomos más en lo que va de año, alcanzando los 3,4 millones, gracias al tirón de los sectores de alto valor añadido. En empleo femenino y empleo juvenil, los datos también son extraordinarios. En noviembre, se vuelven a superar los 10 millones de afiliadas a la Seguridad Social, la cifra de mujeres trabajando más alta de la serie histórica, que representa ya el 47,4 por ciento del mercado laboral, una cota histórica. El crecimiento del empleo femenino es del 9,2 por ciento desde el año previo a la reforma laboral y es 2,5 por ciento superior al incremento producido entre los hombres, que es del 6,7 por ciento.
En cuanto al empleo juvenil, crece más del doble que la media del empleo en su conjunto, demostrando un mayor dinamismo. Así, ha aumentado un 17,7 por ciento desde 2021, lo que supone hasta 9,9 por ciento más que el crecimiento del empleo en su conjunto, que se sitúa en el 7,8 por ciento.
Pero no es solo que España crea más empleo, sino que también el empleo que crea es de mayor calidad. El incremento de la afiliación respecto al nivel previo a la pandemia es intenso, especialmente en sectores de alto valor añadido como las profesiones científicas y técnicas, información o comunicaciones. Estas actividades arrojan crecimiento de 76.000 trabajadores más en 2024.
Gracias al impulso dado por la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez, actualmente hay 14,7 millones de trabajadores con un contrato indefinido, de los que casi 10 millones lo hacen a tiempo completo.
Son 3,7 millones de afilados más con contrato indefinido desde la aprobación de dicha reforma, que contó con el voto en contra del Partido Popular, pese a demostrarse que ha sido eficaz no solo para incrementar la creación de más empleo, sino también para crear empleo más estable y de mayor calidad. Por su parte, el paro se sitúa en 2,5 millones de desempleados, la cifra más baja en un mes de noviembre desde 2007, es decir, desde hace 17 años.
A esa mayor calidad del empleo se une también un incremento de la productividad y de la competitividad, gracias a las políticas desarrolladas por el Gobierno de España, como la reforma de la Formación Profesional -que está permitiendo que haya trabajadores más cualificados para determinados sectores productivos-, la apuesta por la transformación ecológica y digital, y también el desarrollo de proyectos estratégicos que están modernizando la industria y transformando al tejido productivo. Todos estos datos del dinamismo del mercado de trabajo y de una mayor calidad de los empleos que se crean, beneficia también al sistema público de pensiones reforzando su sostenibilidad. Actualmente, los ingresos por cotizaciones sociales aumentan a un ritmo de casi el 8 por ciento y la ratio de cotizante por pensionista se sitúa en el 2,43 reforzando la sostenibilidad del sistema.
Datos que evidencian el buen estado de nuestra economía y que contrastan con las afirmaciones y pronósticos que hacían algunos líderes políticos a comienzos de año, como Alberto Núñez Feijóo, que hablaba de catastrofismo y una llegada del apocalipsis que llevan anunciado seis años y nunca llega.
En definitiva, el PIB español es hoy mayor que en 2018 y los datos de empleo son también muy superiores, con tres millones de trabajadores más y con los datos de paro en el nivel más bajo desde 2007. Hoy, en España, hay casi 22 millones de afiliados a la Seguridad Social frente a los 18,9 millones que había cuando Rajoy dejó el Gobierno. Por tanto, la decadencia de la situación económica de la que hablaba la derecha no es real, como confirman todos los indicadores económicos.