
La actualidad económica muestra también la realidad: la economía española atraviesa un momento de estabilidad, de confianza y credibilidad tras seis años de reformas e inversiones que están permitiendo transformar el modelo productivo e impulsando la actividad y la generación de empleo. Analistas del TS Lombard consideran a España un ejemplo modélico y JP Morgan recomienda a los inversores comprar bonos españoles y vender los alemanes. Algo impensable hace unos años y que es la evidencia de la buena salud de nuestra economía.
Pero no solo crece la confianza en España por los buenos datos macroeconómicos. Hay otros indicadores que muestran que nuestro país avanza en una transformación sin precedentes. Solo en 2024 la electricidad generada por placas solares es mayor que la generada por todas las centrales nucleares.
Sin duda, otro dato que tendrán a buen seguro en cuenta los inversores internacionales es que España será en los próximos años uno de los países con los precios de la energía más bajos entre los países de la Unión Europea. La reflexión de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, pronostica que en el futuro serán un 30% inferior gracias a la apuesta por las energías limpias en nuestro país, lo cual es un incentivo para el tejido industrial y para inversores internacionales, que vean en esas fuentes de energía renovables y menos costosas, un valor seguro para apostar, invertir y confiar su actividad productiva en nuestro país.
El objetivo del Gobierno de España es triplicar las energías renovables para 2030. Una oportunidad con la que avanzamos de manera decidida en la reindustrialización y modernización económica de España. Lo hacemos, no solo por esa apuesta ambiciosa por las energías limpias, sino también con una agenda de reformas e inversiones ambiciosa y eficaz, que está permitiendo desplegar los fondos europeos con mayor celeridad que otros países de nuestro entorno.
Nuestro país es un buen ejemplo de que una buena regularización en materia energética impulsa también la actividad económica. Así lo demuestra el dato de que el 40% del crecimiento del PIB en Europa sea de origen español gracias a la innovación y a la regulación. También a las inversiones desarrolladas en proyectos estratégicos como los PERTE.
Hablamos de una transformación energética sin precedentes en la historia de España, que va a permitir apostar por nuevas actividades productivas y por la creación de empleos de mayor calidad. De esta manera, se dará respuesta a los desafíos marcados por el Gobierno de España para crear nuevas industrias más sostenibles.
Así lo vemos en las líneas estratégicas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, establecidas en los PERTE, para el desarrollo del vehículo eléctrico y conectado, para el impulso de energías renovables e hidrógeno verde, la digitalización del ciclo del agua, la microelectrónica y semiconductores o la estrategia de descarbonización industrial. Una auténtica revolución.
La evolución de la ejecución del Plan de Recuperación, tanto de las subvenciones como de los préstamos, habiendo puesto en marcha la mayor parte de los instrumentos financieros previstos, no puede ser más favorable. Este buen desarrollo ha permitido la solicitud por parte de nuestro país del quinto pago ampliado a la Comisión Europea, que supondrá un desembolso de cerca de 25.000 millones de euros, gracias al adelanto en la ejecución de más de 51 hitos y objetivos. Una vez la Comisión Europa apruebe el quinto desembolso, el total de transferencias ascenderá a 56.000 millones, el 75% del total de transferencias no reembolsables previstas.
Más de 47.600 millones de euros ya han llegado a la economía real, más de un 41% de esos fondos destinados a microempresas y pymes, a la economía real. En cuanto a las inversiones vinculadas al Plan de Recuperación, ya se han convocado casi 77.500 millones de euros de los fondos, lo que significa que España ya lo ha hecho con prácticamente la totalidad de los fondos no reembolsables asignados.
Somos un ejemplo para el resto de la Unión Europea. España ha cumplido 181 hitos y objetivos de transferencias cumplidos programados, siendo el país que más hitos ha alcanzado, lo que permite estar situados como el país que más fondos no reembolsables ha recibido. Así, España sigue situándose entre los países que lideran la ejecución del Plan de Recuperación, como ha hecho desde el principio de su puesta en marcha.
Y todo esto se traslada también a la realidad. Frente a discursos catastrofistas que hablan de que en estos seis años no se ha hecho nada, frente a las promesas de un apocalipsis económico que nunca llega, los datos demuestran que la confianza de la ciudadanía en la situación económica aumenta y, con ello, también el aumento del consumo de los hogares, el emprendimiento o la voluntad de invertir. La senda es positiva y lo necesario es seguir modernizando y transformando España de forma sostenible y sostenida en el tiempo para consolidarnos como país con un futuro y un progreso seguro.