En los últimos años, las baterías de iones de litio se han convertido en un elemento esencial en la transición hacía una economía neutra en carbono porque evitan que los vehículos eléctricos emitan gases de efecto invernadero, los principales causantes del cambio climático. Sin embargo, también presentan un gran inconveniente: a día de hoy, la técnica que se utiliza para reutilizarlas, conocida como combustión controlada, es sumamente contaminante. A este problema podrían haber dado solución los científicos del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley. Y de paso también habrían conseguido abaratar su precio, sumamente elevado por la escasez de mundial de metales como el litio, el níquel y el cobalto.