Hace escaso un mes que OpenAI cambió internet y nuestras vida con ChatGPT, una Inteligencia Artificial (IA) gratuita en forma de chatbot que puede responder casi cualquier pregunta. En tan solo cinco días, la plataforma consiguió un millón de usuarios. Ahora, su creadora está en conversaciones para obtener capital para seguir desarrollando su software. De conseguirlo, la valoración de la startup alcanzaría los 29.000 millones de dólares.
Por el momento, se sabe que OpenAI estaría hablando con Thrive Capital y Founders Fund para venderles acciones existentes en una oferta pública de adquisición. Microsoft también estaría interesada en participar en esta operación. Sin embargo, todavía no se ha cerrado ningún acuerdo, por lo que los términos y el capital final podrían variar.
Cofundada en 2015 por Elon Musk y Sam Altman, entre otros, como una organización sin animo de lucro, la startup está centrada en promover y desarrollar la Inteligencia Artificial de tal manera que sea accesible a todo el mundo. En 2019, Altman creó una división para recaudar dinero, algo que Microsoft aprovechó para invertir 1.000 millones de dólares en OpenAI y convertirse en su socio preferente para comercializar esta tecnología para el motor de búsqueda Bing y Microsoft Design. Dos años después, la empresa completó otra publica de adquisición e hizo que su valoración alcanzara los 14.000 millones de dólares. Más recientemente, ha realizado una venta secundaria de acciones y esa cifra ronda ahora los 20.000 millones de dólares.
Desde 2020, OpenAI ha generado decenas de millones de dólares en ingresos con la venta de su software a otros desarrolladores. De cara a 2023, calcula que podría ingresar cerca de 200 millones de dólares. Para 2024, espera obtener 1.000 millones de dólares en ingresos, según publica Reuters.
No obstante, los beneficios de los inversores de capital riesgo son limitados. Como parte de su cambio de estructura, Altman también estableció que éstos serían unas 20 veces sus inversiones, con la posibilidad de incrementarse cuánto más tiempo conserven sus acciones. El objetivo era proteger a los inversores y a los empleados, pero también a la humanidad en su conjunto, detalla The Wall Street Journal.
Cabe señalar que no todo el mundo está tan emocionado con OpenAI. Las dudas sobre su capacidad para competir con rivales como Google o si puede justificar una valoración más alta hicieron que algunas empresas de capital riesgo retiraran su apoyo a la compañía este año. A esto tampoco ha contribuido el hecho de que, a veces, las respuestas de ChatGPT son inexactas o inapropiadas, lo que ha llevado a su creador a advertir de que el software "puede producir ocasionalmente instrucciones dañinas o contenido sesgado".
La oferta pública de adquisición de OpenAI se produce en un momento especialmente delicado para el sector, con los gigantes tecnológicos reduciendo sus plantillas y las startups teniendo problemas para recaudar dinero para seguir creciendo.
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