La Unión Europea se ha situado desde el primer momento en cabeza del movimiento para financiar el desarrollo sostenible. Ya en 2018 dio un paso firme cuando lanzó su Plan de Acción para las finanzas sostenibles. De esta estrategia deriva que todos los países miembros de la UE cuenten ya con unas normas comunes para clasificar sus fondos sostenibles (en base al Reglamento de Divulgación), y también la tan conocida taxonomía verde europea, el listado de las actividades que pueden considerarse verdes. Conozca el portal especializado elEconomista ESG.