Más de un año después de su aprobación, la Ley por el Derecho a la Vivienda (LDV) sigue despertando críticas encarnizadas. Entre todas ellas, destaca la que señala precisamente a esta ley como la culpable del insoportable aumento de las rentas de alquiler. Polémicas aparte, lo cierto es que estas son las cartas con las que nos ha nos tocado jugar. Y, como optimista empedernida, no me resisto a dar por perdida la partida.