Enviar dinero por el móvil desde cualquier parte de Europa, abrirse una cuenta en un banco digital extranjero o realizar transferencias instantáneas gratuitas. La digitalización y la movilidad europea están borrando en la práctica una de las principales barreras económicas del continente: la ausencia de la Unión Bancaria Europea. Las nuevas medidas que se han publicado en los últimos meses, que incluye la gratuidad de facto de las transferencias y la creación de sistemas de pago digitales transfronterizos, están agilizando la movilidad de capitales en la Eurozona y permitiendo que el principal temor de los países del norte de Europa sea cada vez más insensato.