El nuevo presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, todavía no ha tomado posesión de su cargo —lo hará el próximo 20 de enero—. Sin embargo, el magnate ya ha apuntado contra los que serán sus primeros objetivos nada más aterrizar en la Casa Blanca.
Groenlandia, la frontera con Canadá, el Canal de Panamá o el Golfo de México han sido algunas de las dianas contra las que el futuro dirigente ha cargado a lo largo de estas últimas semanas. Y si bien los argumentos esgrimidos por Trump pueden sonar banales e infantiles, lo cierto es que detrás de cada pretensión se esconden motivos políticos, estratégicos o económicos.
Uno de estos nuevos enemigos que Trump se ha generado son los molinos eólicos, capaces de generar grandes cantidades de energía renovable de manera sostenible.
"Vamos a tener una política en la que no se construirán molinos de viento", afirmó Trump el pasado 7 de enero durante una conferencia de prensa en su resort de Mar-a-Lago, en Florida.
Según el próximo dirigente norteamericano, "Están llenando nuestro país —Estados Unidos— de basura", por lo que "Nadie los quiere y son muy caros". Sobre esta fuente de energía, también piensa que es perjudicial para el medioambiente. De hecho, cree —o al menos eso manifiesta— que los molinos instalados en el mar impulsan a las ballenas a suicidarse. "Los molinos de viento están volviendo locas a las ballenas".
Esta guerra no es nueva, puesto que en 2015, durante su anterior mandato, trató de impedir la instalación de un parque eólico cerca de su lujoso campo de golf en Escocia, ya que los molinos "arruinarían" las vistas desde su complejo. También llegó a afirmar, sin ningún fundamento, que provocan cáncer. "Si tienes un aerogenerador cerca de tu casa, felicidades, tu casa ha perdido el 75% de su valor. Y dicen que el ruido causa cáncer".
Sin embargo, parece que en esta ocasión Trump ha adoptado una oposición mucho más determinante. Ahora, el próximo mandatario incluso arremete contra los proyectos de aerogeneradores que posee Reino Unido en el Mar del Norte a través de su red social, Truth Social.
En este sentido, cabe destacar que el Mar del Norte ha sido una de las cuencas petrolíferas y gasísticas marinas con mayor antigüedad. Pero en los últimos años una de las zonas con una mayor presencia de aerogeneradores marinos.
Gas y petróleo, beneficiados
Todas estas declaraciones han tenido un impacto negativo sobre muchas compañías renovables, quienes han registrado importantes descensos en bolsa.
Por todo ello, podría deducirse que Trump es un declarado negacionista. Sin embargo, el magnate ha realizado otros anuncios que invitan a pensar que sus intereses van más allá de una mera postura climática. Durante aquel mismo discurso del 7 de enero, el próximo presidente americano anunció planes para revocar la prohibición de perforaciones de petróleo y gas en alta mar prometida por Joe Biden.
Este propósito se encontraría por el camino con numerosos obstáculos, ya que su revocación probablemente requeriría una ley del Congreso. Pero, de conseguirlo, permitiría a la industria gasística y petrolífera la explotación de recursos naturales sobre un inmenso área de 253 millones de hectáreas, en el que se incluiría el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico.