Desde hace días, los medios internacionales y los grupos pacifistas elucubran con que Estados Unidos ha transportado bombas termonucleares B61-12 a Reino Unido. El último indicio se ha conocido hoy cuando un carguero militar nuclear C-17 Globemaster III ha aterrizado por segunda vez en menos de diez días en la base británica Lakenheath, que albergó armamento atómico estadounidenses hasta 2008. La prensa británica y los grupos activistas creen que al menos 20 ojivas se encuentran en estos momentos en suelo británico. A las preguntas de la opinión pública, Londres ha respondido con silencio.