Cripto

Acumular bitcoins a toda costa: algunas ballenas pueden acabar intoxicando el océano cripto

  • Un mercado eufórico ha copiado el castillo de naipes de MicroStrategy
  • Son empresas con pérdidas y poca liquidez que hacen compras apalancadas
  • Pueden seguir financiándose emitiendo acciones porque están sobrevaloradas
Imagen: Canva.

Hace no mucho, el bitcoin generaba recelos entre los grandes inversores. Sin embargo, su popularidad ha subido como la espuma. La cripto es ahora uno de los activos más codiciados y está en cualquier cartera que se precie. Es más, se está propagando una tendencia que va más allá de comprar la criptomoneda a secas y que apuesta por acumular lo máximo posible. Cientos o miles de bitcoins, todo lo que los límites de la oferta y el mercado permitan. Estos compradores son conocidos como ballenas de bitcoin porque, como ocurre con el mamífero en el agua, sus movimientos pueden influir en todo el océano cripto. En algunos casos, su posicionamiento es tan agresivo que hay ballenas que están acumulando riesgos y que pueden acabar siendo muy tóxicas.

Las ballenas de bitcoin son quienes tienen más de 1.000 tokens o criptomonedas (o más de 107 millones de dólares en bitcoin, según el precio medio de la cripto en el segundo trimestre). A partir de esa cifra, cualquiera entra en la categoría, ya sea un particular, una empresa, un gobierno o un fondo de inversión. El riesgo varía en función de cada caso.

Hasta ahora, la demanda de bitcoin de estas acaparadoras es más que suficiente para dar alas al mercado alcista y para que se imponga la escasez propia del activosolo hay 21 millones de bitcoins y no todos están en circulación-. Pero, aunque las ballenas están sosteniendo el mercado con su voracidad, algunas se están empachando. Y los excesos financieros suelen tener siempre el mismo final.

Ballenas institucionales

El mercado cripto está en un punto álgido. La entrada de los grandes fondos de inversión en esta temática ha marcado un punto de inflexión. Hace un año y medio, Estados Unidos aprobó los ETFs de bitcoin, que han conseguido disparar la inversión en este activo. "El comportamiento de las ballenas institucionales ha proporcionado un ancla de confianza al mercado. Su actividad ha ofrecido soporte de precio y reflejado una adopción más madura", explica a elEconomista.es Javier Molina, analista de Mercados de eToro.

Las firmas que venden estos ETFs (o fondos cotizados) son intermediarios, pero no unos cualquiera. Gestionan el dineral que mueven los fondos de pensiones o los fondos de cobertura, dando acceso a estos grandes inversores al bitcoin, sin necesidad de que lo posean directamente. "Son capaces de venderle esa idea. Son capaces de vender ese producto (los ETFs), digamos, de bitcoin. Y el cliente, además, compra la idea. Es un círculo virtuoso en el que se beneficia principalmente el precio del activo", dice a este medio Javier Cabrera, analista de Xtb.

De momento, las grandes gestoras han colocado muy bien sus fondos cotizados de bitcoin. De hecho, el ETF específico de BlackRock ha sido un superventas desde que salió al mercado en enero de 2024. Ya ha superado los 85.000 millones de dólares en activos bajo gestión, lo que refleja la cantidad de dinero que solo esta gestora ha canalizado hacia la cripto de Satoshi Nakamoto. El anterior ETF más popular, el del S&P 500 de Vanguard, tardó cinco veces más en alcanzar esa cifra, según datos de eToro. El bitcoin ha causado más furor que las acciones americanas.

BlackRock, Fidelity, Franklin Templeton o Wisdom Tree son como una gran red de arrastre. "Desde el año pasado, la oferta [de bitcoin] ha crecido a un ritmo de 4.000 tokens a la semana, una cifra significativamente inferior a la demanda de los fondos cotizados (ETFs) y de las empresas que están creando depósitos de bitcoin. Mientras, la acumulación a largo plazo continúa, lo que reduce la oferta disponible. Los ETFs han sido los compradores marginales, con una media de 2.500 bitcoins al día en los últimos 20 días", apunta en un comentario Manuel Villegas, analista investigador de Next Generation en Julius Baer.

Este tipo de ballenas institucionales están ejerciendo una influencia enorme en el bitcoin, coinciden todos los expertos. De momento, están adquiriendo el activo con vocación de largo plazo y eso refuerza el estatus de la cripto. "El mercado cripto, concretamente el de bitcoin, está madurando a marchas forzadas. No solo es un elemento antiinflacionario, que absorbe la devaluación del dólar estadounidense, sino que es una reserva de valor como la del oro. Técnicamente, es un oro digital porque la oferta es muy limitada", señala Darío García, analista financiero y asesor experto de ING. El planteamiento de que Bitcoin es la alternativa para protegerse de la indisciplina fiscal y la devaluación del dinero fiat está cuajando. También a nivel gubernamental.

Ballenas gubernamentales

Nadie quiere perderse lo que se intuye que será el bitcoin en el futuro, ni los miles de dólares que podría llegar a valer. Si se cumplen las predicciones más alcistas, quedarse fuera sería una oportunidad perdida.

Eso es lo que ha debido pensar Donald Trump, que se ha sumado a la carrera por acumular. No solo grandes inversores o empresas siguen esta tendencia en auge, sino también algunos Gobiernos. Por orden de su presidente, Estados Unidos ha creado su propia Reserva Estratégica de Bitcoin, que atesora casi 200.000 tokens. Es el mayor depósito público del mundo. Pero el país no ha adquirido ni una sola de estas criptomonedas, sino que ha usado las incautadas por las autoridades en actividades delictivas para hacer su propia cartera. Un movimiento inteligente, ya que esas criptos le han salido gratis y eso implica que el país no tiene nada que perder.

En el otro extremo está El Salvador. Aunque tiene muchísimos menos bitcoins, 6.243 unidades, este país lleva comprando desde 2021, destinando recursos públicos a este propósito. Esta estrategia se podría cuestionar, especialmente en los países endeudados que no tienen un exceso de capital para invertir sin complejos. Sin embargo, la exposición del país de Nayib Bukele al criptoactivo es, de momento, limitada.

En esta avalancha de compras, muchas empresas cotizadas han entrado de lleno. Cualquier compañía puede decidir cómo invertir y optar por incluir el bitcoin en su tesorería, como cualquier otro activo. El problema no es si adoptar la cripto o no, sino el nivel de riesgo que se asume.

Y, en algunos casos, el mantra es acumular bitcoins cueste lo que cueste. Esta apuesta la inició Strategy, antes conocida como MicroStrategy, en 2020. Es la ballena original y la compañía que más bitcoins atesora del mundo: 607.770 unidades. Es el 4% del total de tokens en circulación, ya que no todas las unidades de la cripto están emitidas y no todas están disponibles.

La ballena original

Aunque la empresa que encabeza Michael Saylor lleva ya un lustro apostando por el criptoactivo, más de la mitad de sus bitcoins los ha comprado en los últimos meses. En concreto, desde el primer trimestre de 2024 hasta ahora ha adquirido casi 393.500 bitcoins. La fe ciega de Strategy en Bitcoin ha cuajado en otras empresas, que están copiando su andamiaje financiero. Hasta la propia empresa de Donald Trump, Trump Media & Technology Group (TMTG), ha seguido sus pasos y ya presume de ser una ballena de bitcoin.

MicroStrategy lleva décadas vendiendo software, pero sus prioridades han cambiado. Sin duda, el centro de su estrategia es la tesorería de bitcoin, acumular la mayor cantidad posible. De momento, nada le impide perseguir ese objetivo. Ni siquiera sus pérdidas de 4.228 millones de dólares en el último trimestre.

La compañía no tiene beneficios, pero tampoco los necesita. Está recurriendo a financiación para comprar esos miles de bitcoins, mediante ventas de nuevas acciones y emitiendo bonos convertibles. Su estrategia es extremadamente arriesgada y solo puede salir bien si el bitcoin sigue subiendo y si los inversores le siguen prestando dinero sin límites para realizar estas compras apalancadas.

Sus propios recursos son demasiado justos. Tiene poco efectivo para sus operaciones corrientes (por ejemplo, pagar los sueldos), una deuda de 8.134 millones de dólares y una liquidez baja. No pasa la prueba del algodón o el test ácido (quick ratio). Esta ratio mide la liquidez de una empresa y una cifra superior a 1 implica una buena cobertura. En el caso de Strategy, es del 0,6%, por lo que su capacidad para hacer frente a sus obligaciones es deficiente.

"Firmas apalancadas como Strategy ya han tenido que reconocer pérdidas contables multimillonarias. Si el precio de bitcoin retrocede, las ventas forzadas para cubrir márgenes podrían desatar un efecto dominó y golpear a todo el mercado. El grueso de esas tenencias se está quedando en pocas ballenas altamente endeudadas. Bastaría que una de ellas necesite liquidez para disparar la volatilidad y dañar balances y reputaciones", avisa el experto de eToro.

La ballena original ha defendido siempre que solo va a acumular bitcoins y que no los venderá. Pero puede llegar el momento en el que necesite hacer líquidas esas inversiones para pagar impuestos, los alquileres de sus oficinas o los costes de personal. La firma está obligada a especificar esto en sus resultados y así lo ha hecho: "Puede que no seamos capaces de ajustar nuestro gasto lo suficientemente rápido para cubrir una inesperada escasez en nuestro flujo de caja. Puede que tengamos que tomar medidas para cubrir nuestros gastos, tal y como vender bitcoins o usar el dinero que recaudamos en el mercado, con las ventas de acciones y bonos".

Strategy ya está apretándose el cinturón y ha despedido a 368 empleados en 12 meses, casi el 20% de su plantilla. La parte positiva es que, aunque su liquidez es justa, una parte de su deuda son bonos convertibles, lo que implica que no tiene por qué devolver el principal a los acreedores, que pasan a formar parte del capital de la compañía si así lo deciden. Es una gran ventaja para las empresas con poco dinero y un planteamiento que no ha pasado desapercibido entre sus imitadoras.

Ballenas tóxicas

Semler Scientific se jacta de ser la segunda compañía de tesorería de bitcoin de Estados Unidos, después de Strategy. Lleva siguiendo los pasos de Saylor desde mayo de 2024. Está en el mismo plan de comprar la cripto a toda costa y, aparte, vende un dispositivo médico que se dedica a diagnosticar la enfermedad vascular periférica. Es la única diferencia con su maestra.

Este híbrido de compañía médica y de criptos es una copia de MicroStrategy. Como ocurre con esta última, sus pérdidas de 64 millones de dólares no son un impedimento para su voracidad. Aunque tiene muchos menos tokens, 4.636 unidades, también tiene una deuda relevante y una liquidez que asusta. En este caso, su quick ratio es aún más bajo: 0,36.

Pero las imitadoras de la ballena original están por todas partes y en todos los sectores. The Blockchain Group, recién rebautizada como Capital B, presume de ser la primera tesorera de bitcoin en Europa. Sequans es una empresa de comunicaciones móviles y, más recientemente, ha añadido a su CV la tesorería de criptos. La primera de ellas dispone de muy poco efectivo para la deuda que tiene, así que saca una muy mala nota en su test ácido: un 0,27. Aunque la segunda tiene más efectivo, tampoco pasa la prueba del algodón y, además de atesorar bitcoins, atesora pérdidas.

Hay 157 compañías cotizadas que acumulan la cripto, mientras que, hace tres meses, solo había 89, según Bitcoin Treasuries. Algunas de ellas han importado el modelo de financiación y los riesgos de Strategy, recurriendo a las ventas de acciones y a las emisiones de bonos convertibles para levantar capital. "Lógicamente, cuando entras en la cresta de la ola, entras a crédito, no con tu propio patrimonio, liquidez, sino a través de la pignoración de activos o con condiciones particulares en las que estás expuesto a los vaivenes del mercado. Si las pérdidas van presionando cada vez más sus balances, su situación dependerá también de la confianza que tengan los accionistas", explica el experto de ING.

España tiene su propia tesorera de bitcoin, en este caso, aspirante a ballena. Es una cafetería alicantina, Vanadi Coffee, que cumple el mismo patrón: pérdidas y compras apalancadas de la cripto. Y la búsqueda del dorado digital le está valiendo este pretexto para ser una de las compañías más rentables de toda la bolsa española este año, con un subidón del 188%.

¿Cómo se alimentan estas ballenas?

De momento, estas empresas tienen el apoyo del mercado, así que el dinero sigue fluyendo. Hay inversores que compran sus nuevas acciones y que adquieren sus bonos convertibles. Y hay una explicación.

En principio, una venta de acciones o un bono convertible tienen una pega clara. Cuantos más se abra la puerta a nuevo capital, menos porcentaje corresponde a cada miembro. Ambas operaciones diluyen la posición de los accionistas dentro de la empresa. Sin embargo, y aquí es con lo que juegan estas empresas, el truco es que se consigue aumentar el bitcoin por acción cuando se cierran estas financiaciones. El modelo solo funciona cuando esta relación con bitcoin es creciente y no menoscaba el trozo de la cripto que toca a cada inversor (BTC/acción).

"La baza más atractiva y frecuente en este modelo son las emisiones de acciones ATM. Esto permite a la compañía incrementar el número de acciones, a precios vigentes, con poca disrupción para el mercado. Cuando una acción cotiza con una prima sobre los bitcoins que tiene en relación con su valor, cada dólar levantado con las operaciones ATM compra más bitcoin por acción que lo que se diluye. Esto genera un bucle creciente que amplifica la exposición", explica un análisis de Galaxy, una firma de inversión especializada en activos digitales.

Cuanto más sobrevalorada esté la compañía, mejor. Como estas empresas venden acciones a precios vigentes (para financiarse y comprar bitcoins), cuanto más valgan sus acciones, menos número de ellas tienen que emitir. Por eso, la prima forma parte de este esquema y es necesaria para que se sostenga. Si no, habría una dilución en el capital.

"Estos vehículos para financiar las compras de bitcoin solo están al alcance de las compañías cotizadas, lo que les permite acumular más y más. Esto no solo multiplica la exposición al activo, sino que genera la narrativa del interés compuesto. Estas compañías están valoradas por la mezcla de acceso a capital, el potencial de subida especulativo y la narrativa", añaden.

Los vaivenes de Strategy son más bruscos que los del propio bitcoin. En lo que va de año, la volatilidad de la compañía es del 4,7% y la del criptoactivo del 2,3%. Por eso, cuando sube la cripto, la compañía de Michael Saylor sube aún más. "Tiene muchísimo riesgo. Tiene un grado especulativo mayor del que puede tener la criptomoneda. Los inversores están apostando por las compras apalancadas de bitcoin. Esta es la típica empresa que, dentro de unos años, vencerá su deuda y tendrá que refinanciar, pero eso le puede pillar en un momento bajista de bitcoin y se irá a la quiebra", dice el analista de Xtb.

El modelo patentado por la ballena original está funcionando de maravilla. Pero para que esto siga pasando, nada puede cambiar. El precio del activo debe seguir siendo elevado y es recomendable que se sitúe por encima del precio medio de compra al que han entrado las ballenas. Además, las acciones tienen que seguir cotizando con prima para que la relación entre el bitcoin y el capital sea creciente. Mientras, el apetito por acudir a esas ventas de acciones y emisiones de bonos convertibles debe mantenerse. Cuando una de estas condiciones falle, saltarán las alarmas y el castillo de naipes se tambaleará porque estas ballenas tóxicas no tienen liquidez, ni un negocio rentable.

"La transparencia sobre la deuda y límites claros de exposición son esenciales para evitar que las ballenas apalancadas se conviertan en un riesgo sistémico", zanja Molina.

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