Como en la inmortal novela de Fiódor Dostoievski la inmensa mayoría de los españoles, todos menos los nacionalistas catalanes, estamos humillados y ofendidos por un presidente, Pedro Sánchez, y un gobierno que se ha convertido en el felpudo de los delincuentes golpistas catalanes, carente de toda dignidad y que nos vende, convirtiéndonos en ciudadanos de segunda, por el plato de lentejas de una investidura que no es por el bien de España, sino por el bien particular del inquilino de La Moncloa y de la pléyade de estómagos agradecidos que le deben hacienda y posición.