Las negociaciones para cerrar los detalles del presupuesto plurianual de la UE para los próximos siete años y el fondo de recuperación se complican por días. El acuerdo histórico de julio se desluce gradualmente, ante las diferencias entre los Estados miembros, los Gobiernos y el Parlamento Europeo, los grupos políticos, y los bloques de países. Los líderes acordaron en verano que la Unión se endeudara en una cifra sin precedentes de 750.000 millones de euros para dar préstamos y ayudas no reembolsables a los países para superar la crisis.

Tras los acuerdos europeos, siempre quedan infinitud de flecos que se deben atar antes de que lleguen los resultados. Está sucediendo con el fondo de recuperación de 750.000 millones de euros, que todavía negocian el Parlamento Europeo y los Estados miembros. Y también ha ocurrido con el nuevo mecanismo europeo SURE, aprobado esta primavera para apoyar a los ERTE y otros sistemas nacionales de apoyo al empleo durante la pandemia.

La Comisión Europea lo ha dicho delante de las cámaras y en las conversaciones privadas con los Gobiernos; lo ha subrayado por boca de sus comisarios y ahora también por carta. Los Estados miembros tienen que mantener el próximo año los estímulos presupuestarios para superar la recesión causada por el covid-19, la mayor crisis en las siete décadas de historia de la UE.

Economía

Las posibilidades de lograr el acuerdo entre la UE y el Reino Unido sobre su relación comercial futura se reducen. Las diferencias se mantienen en puntos importantes, y la tensión entre ambos lados ha aumentado en las últimas semanas. El pesimismo es tal en el lado europeo que la Comisión Europea ya da por hecho en sus previsiones económicas que no habrá acuerdo con Londres.

Las negociaciones para concluir los detalles del fondo de recuperación europeo y el próximo presupuesto plurianual de la UE, unos 1,8 billones de euros en total, no avanzan tan rápido como algunos esperaban y todos deseaban. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, su homólogo en el Parlamento Europeo, David Sassoli, y la canciller alemana, Angela Merkel, cuyo país preside este semestre a los 27, intentaron este lunes por videoconferencia dar un impulso a las conversaciones. O, más bien, salvar la enorme distancia que todavía separa en la mesa de negociación al Consejo (que agrupa a los Estados miembros) y al Parlamento Europeo.

Con una crisis sanitaria que continúa empeorando en Europa, y una recuperación económica que se va desluciendo con la llegada de noticias e indicadores, muchos Gobiernos europeos miran a Bruselas para ver cuándo llegará el estímulo de 750.000 millones de euros acordado en julio.

El Gobierno español confía la recuperación económica en gran parte al estímulo fiscal sin precedentes de la UE. La crisis que provocará el covid-19 será más profunda en nuestro país, sobre todo tras el impacto de la segunda ola. Dado el escaso margen presupuestario que deja el embiste de la pandemia, el balón de oxígeno europeo resulta crucial para salir del agujero.

La Comisión Europea publicó este martes su informe anual sobre la situación el empleo en Europa. El informe aterriza justo cuando la UE atraviesa la mayor recesión en sus siete décadas de historia, con una destrucción de empleo solo amortiguada por los ERTE y otros esquemas similares que han puesto en marcha los Estados miembros.

La UE y China guardaban grandes esperanzas para este año. Tras siete años de negociación, esperaban concluir un acuerdo de inversión con el que reforzar sus lazos económicos. Una manera de responder al proteccionismo de Donald Trump, y para los europeos un marco para equilibrar la relación comercial con Pekín. Sin embargo, las diferencias crecientes entre ambos socios y las dificultades generadas por el covid-19 han complicado la conclusión de este acuerdo, que la presidencia alemana de la UE quería haber cerrado inicialmente con una cumbre bilateral en Leipzig.