Las negociaciones para cerrar los detalles del presupuesto plurianual de la UE para los próximos siete años y el fondo de recuperación se complican por días. El acuerdo histórico de julio se desluce gradualmente, ante las diferencias entre los Estados miembros, los Gobiernos y el Parlamento Europeo, los grupos políticos, y los bloques de países. Los líderes acordaron en verano que la Unión se endeudara en una cifra sin precedentes de 750.000 millones de euros para dar préstamos y ayudas no reembolsables a los países para superar la crisis.
Pero quedaron muchos flecos. Y ahora, cada tema se convierte en una discusión de difícil resolución, con amenazas de vetos y cruces de acusaciones. El progreso es rácano, y requiere grupos técnicos paralelos para atarlo. Sin embargo, la presión para tener los fondos europeos listos para principios del próximo año es enorme, para dar el impulso necesario para salir de la recesión que ha provocado el Covid-19. No obstante, el escenario más probable ya apunta a mediados de 2021, y solo si todo marcha bien.
"Observamos con preocupación que el número de bloqueos diferentes en las negociaciones presupuestarias parece estar aumentando en lugar de disminuir", señaló este martes un portavoz del Consejo, que agrupa a los Estados miembros. El mismo representante añadió que se corre el peligro de que el calendario se vaya de las manos, y es "cada vez más probable" que haya un retraso en la aprobación del presupuesto plurianual y el fondo de recuperación, en total 1,8 billones de euros.
Los Estados miembros tuvieron una primera discusión técnica sobre uno de los asuntos más polémicos: el cumplimiento del Estado de Derecho como condicionalidad. Es decir, la posibilidad de suspender la concesión de fondos europeos si el marco legal, judicial o la corrupción pone en peligro el uso correcto de los propios fondos comunitarios.
Alemania, al frente de los 27 este semestre, presentó este lunes una propuesta que no ha satisfecho a ninguno de los bloques. Es considerada un ataque directo por Hungría y Polonia. Sin embargo, Holanda y los nórdicos, quienes más aprietan en este asunto, consideran que Berlín se queda corta respecto a propuestas anteriores, e incluso respecto al acuerdo de julio.
La principal novedad de la propuesta alemana es que restringe su aplicación a aquellas deficiencias en el Estado de Derecho que afecten "de una manera suficientemente directa" a la buena gestión del presupuesto comunitario, frente a la propuesta previa en la que también se incluía los casos con un riesgo potencial. Además, permite que Budapest y Varsovia puedan construir una minoría de bloqueo, al eliminar la aprobación por mayoría cualificada inversa.
Los recelos y las tensiones salpican a todos los bloques
Los embajadores de los 27 mantendrán este miércoles una discusión más política sobre la propuesta. Tras cerrar los Estados miembros una posición común, tendrán que ponerse de acuerdo con el Parlamento Europeo, que también pide endurecer la condicionalidad del Estado de Derecho. El parlamento húngaro ha avisado que si no le gusta el texto final vetará el aumento del techo presupuestario de la UE, necesario para desbloquear las ayudas.
Pero los recelos y las tensiones salpican a todos los bloques. Algunos diplomáticos de países del Sur que urgen para cerrar con celeridad el fondo perciben que Holanda y los Nórdicos están insistiendo en el asunto de los valores para retrasar un fondo que nunca les gustó, un pensamiento que ya rondó en la cumbre de julio.
Las condiciones macro
Además del Estado de Derecho, los Gobiernos y la Eurocámara chocan por la condicionalidad macroeconómica del fondo de recuperación, por la inclusión de un punto que podría llevar a la suspensión de la ayuda si no se cumplen las metas fiscales. Un requerimiento que sin embargo sería difícil de activar y actualmente no sería operativo por la suspensión del Pacto de Estabilidad. Los eurodiputados además piden más fondos para el presupuesto plurianual.