El auge y caída del teletrabajo se ha convertido en fuente casi inagotable de estudios y análisis durante los últimos cuatro años, en los que ha pasado de considerarse el futuro imparable del modelo laboral a un fracaso con todas las letras del que ahora parecen renegar incluso sus primeros valedores. Lo cierto es que los datos son contundentes: el diferencial de teletrabajo entre España y la Unión Europea es hoy mucho más alto que antes de la pandemia... y que cualquier momento anterior de la serie histórica. Pero ¿a quién se puede culpar de este desenlace?