Periodista y escritor. Entre apocalípticos e integrados, lo mío es abordar el presente y el futuro del empleo con acento crítico y sin 'hype'.

Los datos de mayo de afiliación al Régimen General de la Seguridad Social, donde cotizan la mayoría de los asalariados, confirman que los trabajadores con contratos fijos discontinuos empiezan a liderar la creación neta mensual de empleo asalariado. Aportaron el 48% del total del incremento de la afiliación, mientras los indefinidos ordinarios solo sumaron el 35%. Ello a pesar de que su peso en el empleo es muy reducido, lo que apunta a un 'efecto reactivación' de estos trabajadores en el empleo.

Nos estamos acostumbrando a leer día sí y día también manifiestos que avisan de los riesgos que supone la inteligencia artificial. Y lo hacen con pronósticos cada vez más explosivos, que incluso contemplan que su desarrollo puede llevar a la "extinción de la especie humana", en una espiral retórica que pocos se tomarían en serio si dichos augurios no vinieran firmados por los directivos de las propias empresas que lideran el negocio en el sector. Lo cual nos hace plantarnos: ¿qué gana una compañía al decir que su producto puede desatar el Apocalipsis?

La constitución de Sumar como partido político da el pistoletazo a unos días de negociaciones frenéticas para Yolanda Díaz, que tiene hasta el 9 de junio para cerrar una coalición en la que se integren las distintas sensibilidades de la izquierda. Pero la urgencia también afecta el diseño de un programa electoral unitario en el que la actual ministra de Trabajo contaba con poder jugar la carta del despido 'disuasorio': una vuelta de tuerca a la reforma laboral para elevar las indemnizaciones por encima de los 33 días en algunos casos, aunque la presión de Podemos puede llevar la propuesta aún más lejos.

El impulso que ha recibido la modalidad de fijos discontinuos tras la reforma laboral ha encendido las alarmas de algunos expertos como un posible nuevo foco de precariedad en el mercado laboral. Esta modalidad contractual se ha disparado en el último año, a costa de reducir los temporales, pero plantea lagunas de regulación al no proteger al trabajador en períodos de inactividad. Crece la necesidad de crear nuevas indemnizaciones para los empleados y a un régimen de sanciones para las empresas que abusen de los fijos discontinuos.

El adelanto electoral llega sin que el PP haya revelado su hoja de ruta para el mercado de trabajo. O, más bien, su alternativa a la reforma laboral del Gobierno, cuyos efectos en la reducción de la precariedad del empleo serán unos de los argumentos de campaña. Pero eso no significa que no tenga avanzada una propuesta que tendrá sus ejes en los puntos débiles de la gestión laboral del Gobierno: la ineficacia del SEPE y la formación de trabajadores y desempleados. A la vez, seguirá aprovechando las polémicas por las estadísticas de emplee. Su equipo lleva un año trabajando en esta estrategia.

El Gobierno saca pecho con la creación de empleo tecnológico. En la actualización del programa de estabilidad remitida a Bruselas, presume del "especial dinamismo" de la ocupación en los ámbitos de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y la ciencia, con un crecimiento superior al 20% desde 2019, que "cuadruplica" el general de la economía. Sin embargo, un reciente análisis de UGT desmonta este análisis optimista y dibuja un panorama mucho desolador en el que uno de cada diez nuevos titulados se ve obligado a emigrar por falta de oportunidades.

Uno de los fenómenos más llamativos del mercado laboral español en último año y medio ha sido el espectacular incremento de las dimisiones de trabajadores. Las bajas voluntarias están asociadas a nuevas oportunidades laborales para el empleado. Las dimisiones mantienen una tendencia alcista desde el inicio de 2021, cuando el empleo se comenzó a recuperar de la pandemia. En el primer trimestre de 2023, fueron casi 600.000 dimisiones registradas, de las que la gran mayoría, 450.000, corresponden a asalariados con contratos indefinidos. ¿Significan estos datos que el empleo se ha sobrecalentado hasta el punto en que en un país con tres millones de parados saltar voluntariamente de un empleo a otro se ha convertido en la nueva normalidad?

El Ministerio de Trabajo y Economía Social rechaza la idea de flexibilizar los requisitos para la contratación de inmigrantes en España. Una posición que le enfrenta, no solo con las patronales, sino con el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social. En este choque, el equipo de Yolanda Díaz esgrime la idea de que en España no tiene un problema de vacantes de empleo, que cifra en apenas 140.000. Un argumento que no solo sorprende a las empresas sino también en el seno del Gobierno, ya que uno de los objetivos de la reforma del SEPE es, precisamente, 'aflorar' ofertas para equiparar sus resultados con los estándares de la UE.

PSOE y Sumar concurrirán a las elecciones del 23 de julio con la reforma laboral como el mayor ejemplo del éxito de su política económica. Es también la credencial que ha catapultado la carrera política de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Ello, a pesar de que la norma no ha estado exenta de críticas, especialmente desde aquellos que  acusan al Ejecutivo de utilizar a los trabajadores fijos discontinuos para 'maquillar' unas cifras del paro que no reflejan la realidad. Pero esta polémica, que centró durante meses el debate político y laboral, se da hoy por amortizada.

En 2026 la tasa de temporalidad en España debería situarse en niveles de la zona euro, o eso es lo que prevé el Gobierno, según se refleja en el Programa de Estabilidad 2023-2026. Para que ocurra, para que se sitúe en el entorno del 15%, deberá reducirse en tres años en torno a seis puntos. ¿Es un planteamiento viable? Atendiendo a la evolución de los últimos años, la hoja de ruta podría resultar más o menos exitosa. Aunque existen varias incertidumbres en el camino.