En los pasillos de las instituciones comunitarias ya surgen voces que apuntan a que el soterrado, pero nunca desaparecido, enfrentamiento entre los países del Norte y del Sur de la Unión Europea, resurgirá con fuerza renovadas, con motivo de la negociación del nuevo Presupuesto comunitario. La causa estriba en que serán las economías meridionales las que más tendrán que elevar su desembolso en Defensa en los próximos años, pero ese esfuerzo –paradójicamente– tendrá la mayor repercusión en los Estados septentrionales, aquellos en los que, aun cuando el desembolso militar es ya elevado, se encuentran geográficamente más expuestos a la amenaza rusa, y tienen legitimidad para reclamar una parte mayor del futuro presupuesto común para Defensa.