Una salida mucho más rápida de lo previsto de la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, del Gobierno central se perfila como la solución que podría tomar el presidente Pedro Sánchez para salir de la endiablada situación en la que lo sitúan dos de los más importantes retos del nuevo curso. En cuestión de pocos meses, se solaparán las negociaciones de la nueva financiación autonómica, con objeto de dar cabida al modelo singular catalán, y un más que plausible adelanto electoral en Andalucía.