
El porcentaje de fondos Next Generation del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia que el Ejecutivo ha ido desembolsando de manera efectiva se quedó en el primer trimestre de este año en un pírrico 0,3%, volviendo a marcar otro mínimo histórico en los tres primeros meses del año.
Si se hace una comparativa, en 2022, primer ejercicio completo donde se empezaron a recibir estos fondos, al finalizar marzo ya se habían ingresado el 4,7% de los fondos adjudicados. En 2023 recibieron un fuerte impulso, con el 5,1% de los fondos efectivamente desembolsados al cierre del trimestre. Pero luego, en 2024, se produjo un enorme desplome hasta el 0,4%, marcando su primer mínimo histórico hasta el cierre del tercer mes de este mismo año, donde la cifra, como se ve, es todavía menor.
Según los datos de la Intervención General del Estado (IGAE), dependiente del Ministerio de Hacienda, a finales de marzo, de los 32.197,61 millones adjudicados para este ejercicio, llegaron a la economía 96,3 millones de euros. Apesar de que todavía estamos a comienzos de año, parece poco probable que los distintos ministerios consigan acelerar el ingreso del 100% de los fondos de aquí a diciembre.
Por porcentaje de ejecución, destaca el ministerio de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes como el más aplicado, con un 29,5%ejecutado. Aunque no es de los presupuestos más altos. En cambio, el ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, que ostenta la partida más alta, solamente ha ejecutado el 1,6% de los 3.442,5 millones que tiene ya adjudicados.
Por otro lado, es especialmente destacable que hay cinco ministerios que, a cierre de marzo, ejecutaron el 0% del total de las partidas presupuestadas para dichas carteras, y no son menores. Por un lado, está el de Vivienda y Agenda Urbana. Este año, con casi 3.000 millones presupuestados para el ministerio que lidera Isabel Rodríguez, han desembolsado de manera efectiva un total de cero.

Otras carteras que en el primer trimestre no adjudicaron ni un euro de su presupuesto son Economía, Comercio y Empresa, liderado por Carlos Cuerpo. De los más de 2.300 millones presupuestados para esta cartera, no se ha transferido nada. Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, encabezado por Elma Saiz, también está a cero, igual que los ministerios de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030; Transformación Digital y Función Pública y Ciencia, Innovación y Universidades.
A pesar de esta lentitud, desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguraron que el avance de la ejecución de los fondos Next Generation impulsaron el crecimiento de la economía el año pasado, y que resultaron "cruciales" para impulsar la inversión, sobre todo en sectores como la construcción.
Pero la presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), Cristina Herrero, advirtió este mismo lunes, en la presentación de la Encuesta de Empresas del Banco Mundial, que realiza junto con la Cámara de Comercio de España, que los fondos que proporcionan desde Bruselas estaban teniendo "un efecto tractor menor de lo esperado sobre la inversión privada" y dijo que "es poco probable" que el impulso de la demanda pueda compensar las perturbaciones que se están generando en la economía mundial.
Es cierto que la presidenta de la Airef remarcó que el buen comportamiento que la economía española está experimentando estos últimos años, muy por encima de la media europea según todos los organismos internacionales, tiene que ver, en gran medida, por el aumento del consumo que se vio impulsado por la inmigración. Pero también por el consumo público.
En cambio, lanzó una advertencia: "La inversión privada ha crecido menos de lo que se esperaba y está tardando más de lo esperado en alcanzar los niveles prepandemia. Cuatro años después de su implementación, la evaluación de sus efectos dista mucho de las expectativas iniciales generadas en cuanto a su capacidad para atraer inversión privada e impulsar una transformación de la economía, capaz de estimular el crecimiento de la productividad", aseveró.
Asimismo, la presidenta del organismo supervisor fue muy clara al asegurar que el impacto de esta cantidad ingente de dinero público "se irá diluyendo a partir del 2026" y, por tanto, España "se enfrenta a un gran reto" a la hora de modificar su patrón de crecimiento económico de aquí a los años venideros.
Los expertos consultados por elEconomista.es en numerosas ocasiones ya advirtieron que el hecho de que se inyecte dinero público en la economía para fomentar el crecimiento no es algo malo. El problema radica en que ese crecimiento esté basado en ese dinero público, que tiene fecha de caducidad, ya que el plan de recuperación no va a ser eterno. El hecho de que no se hagan planes estructurales necesarios para que la economía se transforme y pueda valerse por sí misma, atrayendo inversión privada y potenciando los sectores clave, más allá de los servicios, hace que el crecimiento esté "viciado", por lo que cuando falte, se verá muy lastrado.