Economista es inspector de Hacienda. Coautor de ?La factura del cupo catalán. Privilegios territoriales frente a ciudadanía? (La Esfera de los libros, 2025).

Esta semana hemos conocido que el Premio Nobel de Economía 2024 ha recaído en los profesores Acemoglu, Robinson y Johnson por sus estudios sobre "cómo se constituyen las instituciones y como afectan a la prosperidad". Me parece una buena noticia que el premio se otorgue a los economistas que estudian los problemas importantes, aunque no todo el mundo esté de acuerdo con todas sus conclusiones. De hecho, si un conjunto de estudios sobre temas relevantes suscita unanimidad es que, o bien no se han leído, o bien no contienen ninguna novedad.

La denominada "financiación singular" para Cataluña pactada entre el PSC y ERC supondrá, de llevarse a cabo, el cambio económico (y político) más significativo desde 1978. El pasado miércoles, El Economista abría con la noticia de que este concierto económico para Cataluña obligará a eliminar los tipos reducidos del IVA en lo que supondría la mayor subida de este impuesto de la historia de España. Evidentemente, cualquier aumento de la financiación de la Generalitat, y en el acuerdo PSC-ERC se pacta un aumento "sustancial", implicaría un aumento de impuestos y/o una reducción sustancial de gastos en el resto de España para mantener el actual nivel de déficit, que ya es demasiado elevado, y que debemos reducirlo por exigencia de las nuevas reglas fiscales europeas.

El otro día fui a comprar al supermercado. Al ir a pagar en la caja, me encontré con un cartel informativo sobre el aumento del IVA a determinados productos, o más exactamente con el final, parcial, de la reducción del IVA a algunos alimentos. Esta información de una cadena de supermercados ha sido durísimamente criticada por algunas fuerzas políticas. Por la noche me llegó al móvil una publicidad para “ahorrarme el IVA” si compraba en determinadas fechas. Esto, que se acerca a una publicidad engañosa, ha sido objeto de muchas menos críticas, frente al cartel del supermercado que se limitaba a explicar la verdad. Sería preferible para todos, sustituir los “días sin IVA” por los días sin populismo fiscal ni demagogia. Incluso, en alguna ocasión, podríamos hablar de impuestos con datos. Hoy voy a intentarlo.

No se puede comprender realmente qué consecuencias tiene un concierto económico sin el IVA. Por eso, cuando el acuerdo ERC-PSC se plantea un régimen similar al del concierto económico con el objetivo de "aumentar sustancialmente los recursos (de la Generalitat de Cataluña)", resulta imprescindible ver cómo se recauda y se reparte este impuesto, que es el segundo más recaudatorio de nuestro sistema fiscal, después del IRPF.

No es habitual que te paguen por perder un pleito. Tampoco es habitual que un Estado no quiera cobrar impuestos a un contribuyente. Y finalmente, lo menos usual es que un litigio, fiscal o no, alcance 13.000 millones de euros. Pues todo esto ocurrió en la sentencia definitiva de la Gran Sala del Tribunal de Justicia de la UE, compuesta por los todos los jueces del Tribunal, del pasado martes.

El pasado miércoles el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparecía para abrir el curso político, mientras la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, lo hacía en el Senado para explicar el acuerdo ERC-PSC. Sánchez, entre otras cuestiones señaló que: "el Ejecutivo va a seguir avanzando hacia una fiscalidad más progresiva, con impuestos que graven más a quienes más tienen". Por otra parte, ambos insistieron en que todas las CCAA se verán beneficiadas por esta "nueva mirada" a la financiación autonómica que supone el acuerdo ERC-PSC.

Nada es exactamente igual más que a sí mismo. Precisamente por eso, calificar a un sistema de financiación, como el que proponen ERC y el PSC para Cataluña, como singular es no decir nada. Según el diccionario de la Real Academia, "singular" es lo que es "único en su especie", pero también "extraordinario, raro o excelente". Otros hemos optado por calificar a este acuerdo de financiación como un concierto económico para Cataluña. Por su parte, ERC lo califica como "concierto solidario", lo que, para algunos en una contradicción en los términos, y para otros implica que el concierto económico vasco y el convenio navarro no son solidarios. Ésta es la primera confusión relativa a una cuestión compleja, y que, aunque se niegue y se pretenda confundir, afectará al día a día de los ciudadanos.

"¿Qué es lo que usted no entiende, Maduro?" Es un hecho fáctico, empírico y ganó Edmundo González Urrutia". Resulta difícil ser más claro, apasionado y sintético que el brevísimo discurso de Washington, "el turco", Abdalá, representante de Uruguay ante la Organización de Estados Americanos sobre las elecciones en Venezuela. Pero, si a los beneficiados por el régimen de Maduro les resulta difícil admitir la realidad de la derrota, imagínense al propio Nicolás Maduro. Ahora bien, ¿por qué ganó Edmundo González Urrutia?

La principal consecuencia a medio plazo del acuerdo ERC-PSC, para investir a Illa como presidente de la Generalitat, si se cumple lo pactado, sería la voladura del sistema de financiación autonómico. Los dos ejes fundamentales del núcleo fundamental del acuerdo PSC-ERC son que la Agencia Tributaria de Cataluña (ATC) cobre la totalidad de los impuestos generados en Cataluña, y que la Generalitat, que se quedaría con la recaudación de estos tributos, pacte un cupo. Este cupo debería incluir, no sólo el coste de los servicios prestados por la Administración General del Estado, como en el País Vasco y Navarra, sino también una cuota de solidaridad, negociada entre el Estado y la Generalitat.

Un consorcio es, al menos según la etimología, una unión de suertes. Por eso, el consorte es la persona que comparte la suerte con otra en un matrimonio. Un consorcio tributario debería tener, también, algo de unión de fortunas, o de ruinas, aunque quizás eso sea simplemente un mito. En su día, allá por 2006, el Estatuto de Autonomía de Cataluña estableció la obligación de que la Agencia Tributaria del Estado y la de la Generalitat creasen un consorcio tributario en el plazo de dos años. Luego, varios Estatutos de Autonomía copiaron la fórmula, pero nadie ha constituido un consorcio tributario hasta la fecha.