Economista e inspector de Hacienda del Estado. Exdiputado en el Congreso. Autor de 'Y esto ¿quién lo paga?'

La nostalgia, especialmente de lo que nunca existió, o de lo que idealizamos, puede ser peligrosa, sobre todo cuando hablamos de un glorioso pasado. Esta idea estuvo muy presente, por ejemplo, en el Brexit, con el que Gran Bretaña quería recuperar su pasado imperial, y cuyas consecuencias han sido en buena medida negativas para los propios británicos. No lo olvidemos, los procesos de integración y cooperación económica crean riqueza, y la reducción de mercados y la autarquía crean pobreza.

La libertad no hace a los hombres más felices, los hace sencillamente hombres". Parafraseando a Manuel Azaña, podemos decir que los presupuestos no mejoran, necesariamente, la gestión de una economía, pero sí la hacen más democrática, y la legitiman. El reverso de los impuestos que se exigen a los ciudadanos es que su importe se destine a atender las cargas públicas. Pero, tanto las necesidades privadas, como también las públicas son infinitas. Por eso hay que decidir a qué se destina el dinero de los impuestos que pagamos, y para eso los legitimados son los parlamentos, no los gobiernos.

En este mundo sólo hay dos certezas, la muerte y pagar impuestos”. Si hubiese vivido en los tiempos actuales, a Benjamin Franklin, padre fundador de los Estados Unidos, inventor del pararrayos, y autor de la frase, se le hubiese considerado un optimista. Como cualquiera que se dedique a los impuestos sabe, determinar los impuestos que cualquier ciudadano tiene que pagar es cada vez menos una certeza. Hoy comentaré algunos casos relativos al impuesto que más contribuyentes tiene, y que más recauda, el IRPF. No tenemos precisamente certezas, y cuando las teníamos, a menudo cambian. Y no, no estoy hablando de contribuyentes que tienen dinero en el banco para vivir cien vidas, ni de los que conducen Lamborghinis, sino de los contribuyentes con menos recursos.

Las administraciones públicas sólo podrán contraer obligaciones financieras y realizar gastos de acuerdo con las leyes. "En la enorme polvareda que tenemos sobre el aumento del presupuesto de defensa al 2% del PIB o más, parece que todo el mundo se ha olvidado de este mandato constitucional contenido en el artículo 133 de nuestra Carta Magna. Si se quiere gastar más, mucho más, en Defensa, habrá que hacerlo de acuerdo con las leyes. Especialmente, de acuerdo con los Presupuestos Generales del Estado, que "incluirán la totalidad de los ingresos y gastos del sector público estatal", que es otro mandato constitucional, en este caso del artículo 134.

La guerra es la continuación de la política por otros medios… la guerra debe tener un objetivo político". La clásica definición de Clausewitz también se aplica a las guerras comerciales. El gran problema de Estados Unidos no es que haya endurecido su política de aranceles, sino que le ha declarado la guerra "comercial" a casi todo el mundo a la vez: Canadá, México, China y la Unión Europea. Ni Estados Unidos, ni prácticamente nadie va a ser más próspero como consecuencia de las políticas arancelarias de Trump, incluso aunque nadie aplicase medidas de represalia, que ya han empezado y se endurecerán.

Un Lannister siempre paga sus deudas, una comunidad autónoma, NO. Y no sólo es una cuestión de que, por presión independentista, a la Generalidad de Cataluña, el Estado le condone una parte de su deuda. Es una cuestión general, todas las Administraciones Públicas refinancian sus deudas, mientras que los particulares, no. Por eso, cualquier comparación con la hipoteca de un particular implica que, o bien no se ha comprendido nada, o, simplemente, se pretende que nadie entienda nada.

Uno de los eslóganes clásicos del populismo fiscal de izquierdas es el ya conocido "que paguen los ricos". La consecuencia inmediata de esta premisa es reducir al mínimo la contribución de los más pobres al sostenimiento del gasto público. La cara más visible lo que un ciudadano contribuye es lo que paga en el IRPF. Sin embargo, en un país donde, afortunadamente, predomina la clase media, la mayor parte de los ingresos fiscales proviene de impuestos masivos, en particular del IRPF, que representa el 44,5% de la recaudación estatal.

A todos, o a casi todos, nos gustaría obtener los mismos ingresos reales trabajando menos tiempo. Este deseo se ha ido cumpliendo a largo plazo. Trabajamos menos tiempo que nuestros abuelos, y vivimos mejor. La clave de que esto haya sido posible es la mejora de la productividad debida fundamentalmente al progreso tecnológico. Pero, que eso se haya cumplido en los últimos doscientos cincuenta años, desde la revolución industrial, no significa que, en estos momentos en España sea una buena idea reducir la jornada máxima de trabajo por ley.

El impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) es el único de los impuestos importantes de nuestro sistema fiscal que es progresivo. Pero eso no significa que sólo lo paguen los ricos, ni siquiera que la clase media-baja no pague una cuantía significativa en concepto de IRPF. De hecho, el IRPF es un impuesto masivo, y de ahí deriva su recaudación. En el pasado 2024, nada menos que el 44,2% del total de la recaudación gestionada por la Agencia Tributaria provino exclusivamente del IRPF, de enero a noviembre, 121.000 millones de euros.

Como señala Ortega y Gasset, "yo soy yo y mi circunstancia". El Banco Sabadell tiene en Cataluña sus orígenes y su principal mercado. Sin embargo, las circunstancias le llevaron a trasladar su sede social a Alicante en lo peor del "procés". Ahora las circunstancias han cambiado para el banco, con lo que el pasado miércoles volvió a trasladar su domicilio fiscal a Cataluña. Pero, en esta ocasión, sus circunstancias son singulares, ya que es objeto de una OPA hostil. Por eso, hace poco más de siete años, la decisión del Banco Sabadell fue seguida por muchas empresas y ahora esto parece más un deseo que una realidad, como veremos.