Profesor de la Universidad Complutense de Madrid
Fernando Méndez Ibisate

La noticia ha sido que el euríbor ha alcanzado valores negativos, de modo que se cobra por pedir un préstamo o se paga por otorgarlo, contrariamente a lo normal.

Fernando Méndez Ibisate

La política, la factibilidad -y hasta la urgencia para algunos- de gobernar, puede dar al traste con buena parte de los esfuerzos que todos nosotros, no los políticos de todo signo o condición, hemos hecho a lo largo de muchos años (y todavía seguimos haciendo) para corregir los errores, malas decisiones, preceptos y normativas que han conducido la administración de nuestros gobernantes, empezando por las artificiales, impuestas y excesivas bajadas de los tipos de interés que, en respuesta a los problemas económicos mundiales entre 1998 y 2001, precedieron al estallido de una burbuja creada por esas autoridades en 2007. Aunque se insiste en que disminuyó o se retiró la intervención en los mercados financieros.

Fernando Méndez Ibisate

Las tres claves económicas en 2016 serán la inercia que los esfuerzos, cambios y medidas adoptados por las personas, en la dirección correcta, tendrán sobre los resultados principales de crecimiento y empleo; la incertidumbre que es mucha, tanto en términos externos como internos, y la sensatez que, ante el panorama y circunstancias que se prevén, es muy necesaria pero, sin embargo, resulta más un deseo (de nuevo en la dirección o sentido correctos, no en la que cada uno considere oportuno) que una evidencia.

Fernando Méndez Ibisate

Tal como se esperaba, aunque con meses -años- de retraso, la Reserva Federal ha emprendido un proceso de restricciones de liquidez, afectando así al dólar y previsiblemente, salvo que su demanda caiga mucho, a su valor o poder adquisitivo que aumentará, repercutiendo también en todos aquellos activos o instrumentos financieros titulados en dólares.

Fernando Méndez Ibisate

Dicen que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, y a muchos les sangra el pie de perseverar con tenacidad en resolver problemas económicos con medidas o propuestas que, si no han causado esos mismos problemas, al menos han coadyuvado a su extensión e intensidad.

Fernando Méndez Ibisate

Ha publicado el INE los datos de distribución de salarios en España para el empleo principal y en 2014, de modo que aunque incluye aproximadamente un año o más de mejora o crecimiento de nuestra economía es de suponer que apenas recoge todavía las posibles traslaciones a rentas que ya, en 2015, puedan empezar a experimentarse.

Fernando Méndez Ibisate

Ni intento agregar taras o exacerbar fallos en la transformación y regeneración económica española, que -pese a quien pese- ha mejorado mucho la mala gestión político-ideológica de Rodríguez Zapatero y su equipo económico, que empero su innegable preparación y competencia no supieron o no quisieron enfrentarse a la peor gestión y administración política y económica de un presidente de Gobierno, en al menos los últimos cuarenta años, salvo cuando -obligado- rectificó; ni tampoco pretendo negar los avances o mejoras en materia financiero-bancaria en nuestro país a partir de las medidas que tomó el actual ministro de Economía, en el verano de 2012. Pero la reforma financiera en nuestro país quedó -¡también esta, maldita sea!- inconclusa y a medias, tras varios intentos.

Fernando Méndez Ibisate

Es evidente que el ritmo del crecimiento mundial no mantiene la aceleración que mostraba hace un tiempo en diversos países, menos intensa en Europa, y que tal minoración pilla en situación no óptima a algunas economías, empezando por las de Estados Unidos o la Unión Europea que, especialmente esta última, no termina de lograr un crecimiento bien asentado o con fortaleza. Noto la evidencia, tanto por la experiencia reciente como histórica, de que ni la política monetaria -con inyecciones masivas de liquidez sin precedentes, tanto en cuantía como en la forma concertada de ejecución desde 2008, y en realidad varios años antes-, ni las políticas fiscales de gastos públicos mayores (la austeridad no lo ha sido, desde luego, ni por la cuantía total de los gastos, ni por la eliminación plena de los déficit, que han continuado, como tampoco por menor endeudamiento de los gobiernos, y tal vez puedan referirse, no siempre si atendemos a los números, a las composiciones del gasto) han tenido el éxito o los logros que desde los poderes públicos se dijeron. Tales políticas expansivas no han sido inocuas, pues han tenido inicialmente efectos concretos y momentáneos sobre la recesión y a largo plazo han creado distorsiones. Pero conocíamos su ineficacia, pues si inyectar dinero o gasto público fuesen verdaderas soluciones a los problemas que enfrentan las economías, bastaría con incrementar esos componentes y fomentar sus diversas y complejas consecuencias. Por el contrario, más bien parece que buena parte de aquéllos problemas de las economías han sido creados por este tipo de políticas e ideas económicas desafortunadas.