entrevista
Dice claramente que ni está ni estará por el choque de trenes, que la vía unilateral emprendida en Cataluña no es una opción en su tierra, Euskadi, porque su objetivo es un cambio de Estatuto y su prioridad recuperar la economía tras el Covid-19. Iñigo Urkullu Rentería (Alonsotegui, 1961) -diplomado en Magisterio en la rama de Filología Vasca casado y padre de tres hijos- es lehendakari desde 2012 y según las encuestas, tiene todas las papeletas parar volver a ganar las elecciones del 12-J. Es un hombre amable, sensato y exquisitamente educado, de grandes principios, con un discurso de libro para quienes llevan el nacionalismo en las venas, pero absolutamente conciliador y respetuoso con la discrepancia.La entrevista, inicialmente prevista en Bilbao, se realiza al final telefónicamente debido no solo a la dificultad para encontrar vuelos, sino a saturada agenda. Aunque esta campaña electoral es para él muy especial porque ha estrenado su condición de aitite (abuelo), realiza una media de siete actos al día, pero no se queja. Aunque se había previsto un encuentro de apenas media hora, una vez metidos en harina se muestra tranquilo y alarga la entrevista casi el doble de tiempo haciendo pedagogía política en cada respuesta, sin eludir ninguna pregunta y con hoja de ruta perfectamente estructurada de exigencias económicas, sociales y también identitarias. Dice que no le dan a Pedro Sanchez un cheque en blanco, que deben cumplirse los acuerdos del pacto de investidura, y que el guiño del Gobierno a Bildu para derogar la reforma laboral fue un gran error en el fondo y en la forma. Afirma que no es el momento de subir los impuestos sino de bajarlos, y prefiere no aventurar la posición de su partido a la hora de negociar los próximos Presupuestos. No se le cae de la boca la palabra pacto y no desvela si esta será o no la última vez que se presente.