Opinión
Los orígenes del comercio se remontan a la época del trueque, y es que ya en el Neolítico la sociedad agricultora-ganadera se encontró con la necesidad de intercambiar bienes para prosperar. El comercio dio un giro radical con la invención del dinero y, en los últimos años, tampoco ha sido ajeno a la irrupción tecnológica viéndose enormemente favorecido ya que permite crear y reforzar los canales de compra y conocer mejor tanto a nuestros propios consumidores como a los clientes potenciales y ofrecerles aquello que ansían incluso antes que ellos mismos lo busquen en Internet.