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A finales del año pasado era difícil prever que este miércoles, casi tres meses después, todos los tipos de inversores tendrían sus carteras en positivo después de registrar pérdidas medias de entre el 5% en el mejor de los casos (el de las carteras más defensivas) al 10% en el peor (el de las más agresivas) en 2018. Ahora hasta los perfiles más conservadores ganan dinero, gracias a las subidas de doble dígito de las bolsas, pero también a la remontada de la renta fija: según los datos de Morningstar, las carteras más defensivas avanzan casi un 2,6% de media este año mientras que las moderadas, que asumen una exposición más alta a la renta variable aunque siguen siendo conservadoras, se apuntan un 5,6%. Para los expertos, 2019 tiene los ingredientes para ser un mejor año que el anterior, aunque a la parte de la cartera invertida en deuda pública no le quede mucho recorrido.