Bolsa, mercados y cotizaciones

El inversor conservador gana un 5%, pero el 'tirón' de la deuda pública se agota

  • Los expertos no creen que la rentabilidad de este activo se relaje más

A finales del año pasado era difícil prever que este miércoles, casi tres meses después, todos los tipos de inversores tendrían sus carteras en positivo después de registrar pérdidas medias de entre el 5% en el mejor de los casos (el de las carteras más defensivas) al 10% en el peor (el de las más agresivas) en 2018. Ahora hasta los perfiles más conservadores ganan dinero, gracias a las subidas de doble dígito de las bolsas, pero también a la remontada de la renta fija: según los datos de Morningstar, las carteras más defensivas avanzan casi un 2,6% de media este año mientras que las moderadas, que asumen una exposición más alta a la renta variable aunque siguen siendo conservadoras, se apuntan un 5,6%. Para los expertos, 2019 tiene los ingredientes para ser un mejor año que el anterior, aunque a la parte de la cartera invertida en deuda pública no le quede mucho recorrido.

Pese a ello, la cautela se impone entre inversores y gestores. "La gente está bastante prudente. Vemos mucha fuera de mercado, y cuando eso pasa el mercado sube porque siempre hace lo que más duele", opina César Ozaeta, gestor de fondos en Abante. Se observa en los altos niveles de liquidez de las carteras, en que solo un 3% de los gestores a nivel mundial sobrepondera la renta variable (el nivel más bajo desde septiembre de 2016) según la última encuesta de Bank of America Merrill Lynch, pero también en las preferencias de los propios inversores, que solo invirtieron 49 millones de euros en fondos en febrero y el grueso de las suscripciones fueron a los más conservadores (monetarios y de rentabilidad objetivo), según Inverco.

Sin embargo, en opinión de Ozaeta, siempre que los bancos centrales mantengan la tónica actual y se preserve un crecimiento moderado de la economía, "puede ser un buen año de mercado, no exento de riesgos", aunque, en su escenario base, es difícil que éstos hagan descarrilar al mercado. Se refiere al ruido del Brexit o al de la guerra comercial. "Probablemente durante el año tengamos vaivenes, porque habrá elementos como las elecciones europeas o españolas", dice Ignacio Perea, director de inversiones de Tressis, que introducirán inestabilidad, pero "el inversor conservador debería aspirar a una rentabilidad de entre el 1 y 3% en función de su exposición a la renta variable". Hoy, los perfiles defensivos, que como mucho destinan un 35% a la bolsa, ganan un 2,6%. Por ello, Miguel Ángel Paz, director de gestión de Unicorp Patrimonio, estima que "la rentabilidad de los perfiles conservadores se ha conseguido prácticamente ya".

Los moderados, algo más

Si la economía crece, aunque sea de forma más lenta, y los bancos centrales mantienen su discurso actual, a un fondo moderado que ya suba un 5% este año, explica Ozaeta, de Abante, es probable que le quede otro 2,5-3%, hasta el 7% [este tipo de fondos, a diferencia de los defensivos, invierte entre un 35 y 65% en bolsa]. De este modo saldría una TAE anualizada del 2% entre el año pasado y el actual, por lo que aún quedaría algo que recuperar de las pérdidas de 2018", apunta. Más por el recorrido que le queda a la bolsa que el que guarda la renta fija.

A la fuerte contracción de los spreads de la renta fija corporativa y de las primas de riesgo de la deuda pública, "se ha unido la bajada de la rentabilidad de los bonos del Tesoro de EEUU y de Alemania, que descuentan menores tasas de inflación y crecimiento", señala Paz. La rentabilidad del bono alemán a diez años tocó mínimos anuales en el 0,05% a principios de marzo, como lo hizo la del español en el 1,04% o la del francés en el 0,4.

En opinión del experto, "los spreads han alcanzado un nivel acorde a la situación de riesgo del mercado y la rentabilidad de los bonos ya puede estar descontando el escenario a corto plazo de la inflación y crecimiento. Por tanto, lo que le queda a los bonos es ofrecer el cupón, que no es muy alto actualmente. Es decir, que las rentabilidades esperadas hasta cierre de año van a ser mucho más bajas que las que se han vivido en los dos primeros meses del año", dice, aunque no espera fuertes correcciones.

Enrique Lluva, subdirector y responsable de renta fija en Imantia, tampoco da muchas opciones que el interés de la deuda pública europea se relaje mucho más. "Somos más de susto. Los bancos centrales han avivado la llama de la deuda pública en una doble vertiente. Por un lado, se muestran cada vez más cautos respecto a las expectativas de crecimiento en los próximos meses/trimestres y, por otro, todos han preanunciado una visión mucho más laxa en política monetaria frente a la que daban en 2018. Los dos factores han encendido el apetito por la deuda pública", apunta. Pero "a nada que el pesimismo sobre el ciclo o las expectativas de inflación giren al alza", podría haber un "susto", concluye.

Conoce tu perfil inversor:


WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky