Redactora de mercados, con el foco puesto en las finanzas personales y en los fondos de inversión.

El año pasado fue uno de los más difíciles de gestionar en mercado de los últimos tiempos. La venta indiscriminada de bolsa y renta fija vista en marzo dinamitó cualquier rentabilidad conseguida hasta entonces. Casi nadie pudo esquivar las pérdidas, ni siquiera los gestores activos, que se diferencian del resto porque al menos un 60% de las carteras de los fondos que gestionan está descorrelacionada de sus índices de referencia. El que parecía que iba a ser uno de los peores años de mercado, por lo abultado de las pérdidas, no lo fue tanto gracias a los estímulos fiscales y monetarios -pero también a los avances en la vacuna contra el Covid-. Los gestores activos de bolsa española se toparon, además, con una dificultad extra: el Ibex 35 sufrió el mayor castigo de Europa por su composición sectorial. Pese a ello, la gestión activa fue capaz de batir al índice, incluso con dividendos, al obtener 1 punto más de rentabilidad en 2020.

En la madrugada del martes, el rendimiento del bono americano a 10 años cruzó, por primera vez desde marzo, la barrera del 1%. Lo hizo a medida que los demócratas Raphael Warnock y Jon Ossoff ganaban terreno frente a los senadores republicanos Kelly Loeffler y David Perdue en la segunda vuelta en las elecciones al Senado de Georgia. La razón es que los inversores estiman que un Senado controlado por los demócratas podría facilitar la llegada de más estímulos. Un mayor gasto público podría acelerar la recuperación e impulsar la inflación. Algo que va en línea con las previsiones manejadas por el consenso de mercado recogido por Bloomberg antes incluso de que se atisbara un Capitolio demócrata. Se espera que el interés del bono americano suba tanto este año como el que viene, con la consecuente caída de su precio, que implica pérdidas potenciales del 5,7% hasta 2022.

MERCADOS

¿Seguridad o rentabilidad? Ante este dilema, la mayoría de inversores particulares eligió quedarse con la primera opción el año pasado en Europa. Según los últimos datos publicados por Bank of America (BoFA), los fondos monetarios, que invierten en activos de renta fija a muy corto plazo y, por tanto, apenas rentan, captaron más de 240.000 millones de dólares (unos 195.000 millones de euros al cambio) en 2020. Una cifra que convierte a estos vehículos en los verdaderos protagonistas del año pasado, ya que ningún otro tipo de fondo consiguió suscripciones superiores.

La esperanza instalada en las bolsas en la primera sesión del año, que dio lugar a importantes subidas en las primeras horas de la sesión, se fue desinflando poco a poco.

Con el acuerdo del 'Brexit' ya firmado y a pocos días de que termine 2020, a los inversores españoles les queda ya muy poco tiempo para pedir el traspaso de sus fondos ingleses, si no quieren pagar a Hacienda, ya que estos productos quedarán fuera del espacio comunitario a partir del uno de enero de 2021 y, por lo tanto, no se beneficiarán del diferimiento fiscal en los traspasos del que todavía gozan.

MERCADOS

Ha sido un año difícil de gestionar en mercado, en el que las pérdidas han ido de más a menos desde marzo hasta ahora. La recuperación del mercado desde que Pfizer anunciara la eficacia de su vacuna, el pasado 9 de noviembre, ha permitido a índices como el Ibex 35, el más penalizado de Europa por su composición sectorial, recortar las pérdidas en el año hasta el 13,18% si se incluyen los dividendos que reparten las cotizadas, con datos hasta el 20 de noviembre. Hasta ese día, los fondos activos de bolsa española, que se caracterizan porque al menos un 60% de sus carteras está descorrelacionada de su índice de referencia, consiguen batir al selectivo. De media, pierden un 12,8%, según datos de Morningstar. Pero hay algunos gestores activos que consiguen perder hasta tres veces menos que el Ibex 35 con dividendos.

Decía Jesús Pérez, profesor del IEB, en un acto reciente de elEconomista, que uno de los fallos del inversor español a la hora de invertir en planes de pensiones es que no lo hace por objetivos: "Lo hace en diciembre, con un criterio fiscal, y eso es un error". A estas alturas de año -y no es cualquiera, es el último en el que los españoles podrán descontarse con sus aportaciones hasta 8.000 euros de la base imponible del Impuesto de la Renta a las Personas Físicas (IRPF)-, estos vehículos de ahorro han captado 420 millones de euros, más del doble de lo logrado el año pasado en el mismo periodo. Pero el plato fuerte, en cuanto a entradas de dinero, se espera en este mes de diciembre.

La esperada rebaja de comisiones de Cobas AM llegó el viernes. Con ello, 'Cobas Iberia', uno de los que más cede este año, se coloca como el sexto fondo activo de bolsa española más barato del mercado; y 'Cobas Selección', su fondo activo global, se queda en la parte media de la tabla.

La ausencia de inflación y el buen comportamiento de la renta fija en los últimos años ha permitido que hasta el inversor más conservador no perdiera poder adquisitivo con sus inversiones y que incluso arañase un pellizco extra de rentabilidad. Pero el escenario cambia a partir de ahora: las previsiones apuntan a un regreso de la inflación y a retornos del 0% o negativos en los bonos.

La renta fija ha vuelto a romper todos los esquemas un año más. A pesar del mal pronóstico para este activo en enero, la deuda global obtiene las ganancias más elevadas desde 2007, del 8,3%, según los índices de Barclays y Bloomberg, mientras que el interés de bonos como el español a 10 años ha dormido en terreno negativo.