Los expertos inciden en la importancia de elevar el peso de los activos de riesgo en las carteras, en un contexto en el que se espera que la inflación regrese tras diez años desparecida.
Ahorrar de forma privada de cara a la jubilación se ha vuelto imprescindible ante la insostenibilidad del sistema público de pensiones. Los planes de pensiones individuales concentran, a día de hoy, 7,5 millones de partícipes -lejos del récord alcanzado en 2008, cuando superaban los 8,6 millones-. Se da la particularidad, además, de que la mayoría elige activos conservadores para construir sus carteras pensadas para el largo plazo. Algo que será un problema en los próximos años. Si en el pasado podían mantener su poder adquisitivo, e incluso conseguir un extra de rentabilidad, solo con una cartera de bonos, en el futuro es algo impensable.
BlackRock: "La construcción de carteras, donde uno tenía renta variable y renta fija, se ha roto. Hoy en día el riesgo en renta fija, sobre todo en bonos soberanos, es asimétrico"
El interés de la deuda se encuentra en mínimos históricos y la expectativa es que los tipos continúen bajos los próximos años. Pero, además, se espera que vuelva una inflación que lleva décadas desaparecida. Ante esto, y en opinión de los expertos que participaron este miércoles en el Observatorio sobre Cómo conseguir rentabilidad en los planes de pensiones, patrocinado por Ibercaja, la composición típica de una cartera conservadora en Europa, definida por invertir un 30% en bolsa y un 70% en renta fija, ya no vale si a lo que se aspira es a conseguir rendimientos superiores a la inflación. Hay que aumentar el peso de la primera, de forma selectiva, y siempre con un enfoque lo más global posible. Aunque, lo primero de todo, antes incluso de definir la composición de la cartera, es fijar los objetivos del partícipe.
Las políticas monetarias de los bancos centrales aplicadas en las últimas crisis para amortiguar el menor crecimiento económico ha provocado "que la teoría clásica de la construcción de carteras, donde uno tenía renta variable y renta fija, se haya roto. Hoy en día el riesgo en renta fija, sobre todo en bonos soberanos, es asimétrico", indica Manuel Gutiérrez-Mellado, responsable del negocio Institucional de BlackRock en España, Portugal y Andorra. Existen 18,2 billones de dólares en bonos que cotizan en negativo, en un escenario de ausencia de inflación. Sin embargo, la expectativa de BlackRock es que ronde el 2,5% en el medio-largo plazo, tanto en Europa como en Estados Unidos, como consecuencia de la pandemia -la de Willis Tower Watson es que se sitúe en el 1,5%-2% de media para los próximos 15 años-: "Creemos que los costes de producción, los costes del sector servicios, y la importancia de reconfigurar las cadenas de producción y de suministro tendrá impacto en los precios", señalan en BlackRock. Ante esto, Manuel Gutiérrez-Mellado considera que "la renta variable será uno de los activos que mejor recompensarán a los inversores por el riesgo asumido en cartera", aunque no el único.
Ibercaja Pensiones: "Tenemos que salir del estereotipo de que la renta variable es riesgo en sí misma"
Coincide con él José Carlos Vizárraga, director general de Ibercaja Pensión: "Antes hablábamos de la renta fija como un valor refugio y, sin embargo, ahora la vemos con un potencial de riesgo muy importante. El hecho de que un producto tenga más renta variable no va a llevar un riesgo adicional. Tenemos que salir del estereotipo de que la renta variable es riesgo en sí misma".
El riesgo lleva asociado volatilidad -sucede en la bolsa, pero también en la renta fija-. Y la manera que tiene el partícipe de reducirla es con el plazo, ya que "diluye, como un azucarillo en el café, el riesgo", describe Jesús Pérez, profesor del IEB y actuario de seguros y analista financiero independiente en June Seven Gestión. Para alguien que se encuentre más cercano a la jubilación, con 5 años por delante, la sensibilidad a las caídas es clave.
Pero, ¿cómo puede entenderse esa sensibilidad? "Cada porcentaje y medio de rentabilidad a la que opto me llevará, en alguno de los próximos años, a sufrir una caída de valor liquidativo de mi producto del entorno del 5-6%. Cada 1,5% de rentabilidad adicional eleva esa posible caída, y es probable que, en vez de un -6%, me encuentre un -14%"" detalla David Cienfuegos, CAIA, senior director y head of Investments en España de Willis Towers Watson. "Esa es la sensibilidad a la que tiene que enfrentarse un ahorrador en el entorno actual, sabiendo que las correcciones no son para siempre, como se ha visto con la recuperación vertical de la bolsa de este año", añade.
Willis Tower Watson: "Muchas veces los números no son lo único que influyen, también lo hacen las emociones. Mi sugerencia sería asumir el concepto conservador como el de la felicidad: es decir, que significa algo distinto para cada uno de nosotros"
Además, "si la rentabilidad en renta fija ni está ni se la espera, ese vuelco de flujos hacia la renta variable le dará más estabilidad", aporta Jesús Pérez, profesor del IEB, que opina que el gran déficit del inversor español a la hora de invertir es que no lo hace por objetivos. "Lo hace en diciembre con un criterio fiscal y eso es un error. Lo primero es saber con cuánto se quiere jubilar. Hay que revisar este objetivo cada año. Cuando se sepa esa cantidad, debe compararla con lo que estima que obtendrá de la Seguridad Social. La diferencia es lo que la entidad gestora debe ayudar a conseguir", explica.
El concepto de conservador
Cienfuegos introduce un matiz que pocas veces se valora cuando se aborda la forma de ahorrar de cualquier partícipe, y es la parte emocional: "Muchas veces los números no son lo único que influyen, también lo hacen las emociones. Mi sugerencia sería asumir el concepto conservador como el de la felicidad: es decir, que significa algo distinto para cada uno de nosotros". El experto explica que, incluso regionalmente, el concepto de conservador cambia. El americano invierte tradicionalmente un 60% de su cartera en renta variable y un 40% en renta fija, frente a la ecuación del europeo, del 30%-70%. Y aun así, detalla Cienfuegos, ese mix en Estados Unidos ha ido transformándose en los últimos años, por esa falta de rentabilidad y riesgo asimétrico de la deuda.
Ahora, la cartera tipo del inversor conservador americano se compone de tres tercios: uno para la renta variable, otro para la renta fija y un tercero para los activos no tradicionales o alternativos.
En España, sin embargo, el proceso es más lento. Aunque José Carlos Vizárraga, de Ibercaja Pensión, reconoce que cuando él se hizo cargo de la gestora, hace cinco años, hasta ahora, el perfil de los productos que tenían con volumen y el perfil de las aportaciones registradas cada año ha rotado de forma significativa: "Hemos dejado los garantizados", apunta, "y el dinero de los que nos han vencido este año se ha canalizado hacia productos mixtos. A los clientes les da cada vez menos miedo entrar en vehículos con cierta composición de riesgo. Aunque intentamos, por todos los medios, desestacionalizar las aportaciones, el 80% de las que llevamos este año en campaña se dirigen hacia los mixtos y antes era al revés".
¿Cómo distribuir la cartera?
Si invertir solo un 30% en renta variable será insuficiente en próximos años, la pregunta es cómo debe distribuir su cartera el partícipe. La teoría básica es que "debe estar ajustada a su perfil y a sus características, a su plazo y, en definitiva, a sus objetivos", recuerda Jesús Pérez, del IEB. "Dentro de este marco de actuación, se pueden distinguir tres fases: la de acumulación o capitalización, ligada a una persona joven, que debe apoyarse hasta un 100% en renta variable; otra segunda fase más cercana a la jubilación, en la que se quitaría peso a la bolsa de forma progresiva, cada año; y una tercera, de prestación o gasto, en la que, teóricamente, debería primar la renta fija. Pero discrepo porque nos enfrentamos a un factor nuevo de riesgo, que es la longevidad".
La opinión de Cienfuegos y de Vizárraga es que "para aquellos más cercanos a la jubilación, una composición de renta fija tradicional y crédito alternativo, 50%-50% sería atractivo; si hablamos de un ahorrador que tiene un plazo de, al menos, 10 años por delante, los tres tercios empiezan a tener mucho sentido, y para aquellos ahorradores que cuentan con un plazo de entre 20 y 25 años, no hablaría solo de renta variable, sino de activos de riesgo".
Oportunidades y rentabilidades
Aunque los expertos destacan que la renta variable será el activo que mejor compense el riesgo en los próximos años, matizan que no será el único. "Nuestra recomendación es diversificar en activos, con productos que sean lo más globales posibles. Hay que generar alfa contra el índice de referencia y contra la inflación", señala Vizárraga, de Ibercaja Pensión.
Gutiérrez-Mellado, de BlackRock, identifica dos cambios fundamentales: "Uno es el tema de la vacuna, que nos hace estar más pro-riesgo, y otro es dónde están los bonos soberanos. Los ganadores de esta pandemia han sido Estados Unidos y Asia en cuanto a geografías. Por sectores, nos gusta la tecnología y el de la salud, los sectores un poco más cíclicos. En renta fija nos gusta el crédito: el grado de inversión para los que sean más conservadores, y, quien quiera un poco más de pimienta, el high yield también es interesante por los cupones que ofrece".
Jesús Pérez (IEB): "El gran déficit del inversor español a la hora de invertir es que no lo hace por objetivos. "Lo hace en diciembre con un criterio fiscal y eso es un error"
En Willis Towers Watson encuentran nichos interesantes en la renta variable, para un horizonte de corto plazo, en el inmobiliario cotizado o en las infraestructuras cotizadas, "empresas que se dedican a proyectos de infraestructuras cuya cotización, a día de hoy, todavía no recoge la recuperación que sí hemos visto en la renta variable", reflexiona David Cienfuegos. En renta fija, dentro de lo que llama créditos alternativos, encuentra oportunidades en los ángeles caídos (emisores que han visto cómo su nota crediticia se ha deteriorado por debajo del grado de inversión), y también en deuda corporativa emergente.
Pero tampoco hay que perder de vista tres tendencias que, en opinión de los profesionales, serán importantes en las carteras de los inversores. "Una es China, con la gran apertura que está teniendo en los mercados, cada vez pesa más en los índices de referencia. Otra es el tema de la sostenibilidad, donde se produce una situación de win-win (se gana por la generación de valor añadido y por la protección en mercados a la baja) y otra es el capital privado", enumera Manuel Gutiérrez-Mellado.
En cuanto a qué rentabilidad se debería exigir a los planes de pensiones individuales en el contexto actual, Vizárraga, de Ibercaja Pensión, señala que una referencia válida sería un punto y medio más que la inflación.