Redactora de elEconomista

Se cumple una década y media desde que la quiebra de Lehman Brothers zarandeara el mundo, cuando la mala praxis con las hipotecas subprime (también conocidas como basura o de alto riesgo) del que entonces era el cuarto banco de inversión más grande de Estados Unidos se acabó transformando en una crisis financiera global que azotó con una crudeza inédita a los mercados. Desde entonces, industrias como la financiera han experimentado cambios significativos, con unas entidades sometidas a una mayor regulación para intentar evitar que se repita un escenario similar.

El día no arrancó especialmente positivo para las bolsas europeas, con caídas que superaron el 1% tanto en el EuroStoxx como en el Ibex español. Sin embargo, a lo largo de la jornada, las ventas se fueron suavizando a este lado del charco y las principales plazas cerraban con leves pérdidas que rondaban el 0,4%.

Aunque no está siendo su mes más boyante en bolsa, con leves pérdidas del 0,5% en estos primeros días, la valoración de Banco Sabadell alcanza máximos que no visitaba desde hace cinco años, con un precio objetivo medio de 1,48 euros, según el consenso de expertos que recoge Bloomberg.

El mítico eslogan de pezqueñines no, gracias no vale actualmente en el parqué bursátil. Al menos, no en Europa. El EuroStoxx Small Cap, que aglutina a las firmas de tamaño pequeño y mediano del Viejo Continente, cuenta con un gran atractivo para el inversor, ya que ofrece un PER (veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción) de 13,5 veces, lo que lo deja con un descuento sobre su media histórica de la última década del 76% y un abaratamiento con respecto a los últimos 20 años del 67%.

En la temporada más calurosa del año, el pago de dividendos brilla por su ausencia. Al igual que la primera trae consigo un gran aluvión de retribuciones, en los meses de agosto y septiembre hay pocas compañías españolas que premiem a su inversor. Logista es una de estas pocas, y repartirá el próximo 28 de agosto un dividendo bruto de 0,46 euros por acción, que a precios actuales ofrecen un rendimiento de casi el 2%. Para poder cobrar este dividendo, es necesario tener a la compañía en cartera antes del 24 de agosto.

A una semana del gran campamento de banqueros que se celebra cada año en Wyoming, EEUU (arranca el próximo 24 de agosto y durará hasta el 26), el índice que recoge a los principales bancos europeos, así como el sectorial que agrupa a las entidades españolas, corrigen un 7% desde los máximos anuales que alcanzaron el 6 de marzo, justo antes de la irrupción de la eventual crisis en el sector bancario.

Con un telón de fondo nada fácil, gran parte de las compañías que recoge el Ibex 35 saca pecho y supera las ganancias que el mercado esperaba para ellas. Unos beneficios -en conjunto- por debajo que los registrados en anteriores trimestres, pero mejores que los que se vaticinaban para esta temporada. En datos, el resultado del conjunto del índice español se contrae un 2,5% en este segundo trimestre (con un 30 de las 35 compañías que componen el grupo que ya ha pasado revisión), pero aun así el beneficio bate en un 16,5% al pronosticado por los expertos.

Como cada tres meses, a la salud de la economía y, por ende, a la de los mercados, le toca revisión. Esta última consulta no está siendo fácil, con una inflación que parece haberse cronificado en la región pese al encrudecimiento de la política monetaria para intentar paliarla. Pero los resultados preliminares –con un 80% de compañías europeas que ya ha rendido cuentas ante el mercado del primer semestre del año– demuestran que, pese a que las ganancias totales que recoge el Stoxx 600 están por debajo que las del anterior trimestre (un 5%), estos beneficios superan en un 4,7% a los pronosticados por el consenso de mercado para este periodo.

MERCADOS

Han pasado justo dos años desde que el Banco Central Europeo (BCE) levantara la restricción a las entidades bancarias del reparto de dividendos que impuso en marzo de 2020 como medida para conservar el máximo capital posible de la banca para hacer frente a las consecuencias de la crisis económica derivada de la pandemia sanitaria. Fue entonces cuando, además del retorno al pago al accionista, las entidades financieras abrieron una vía más para compensar al inversor: las recompras de acciones, una forma de remuneración que antes de la crisis sanitaria utilizaban algunos bancos europeos y ninguno español, ya que entonces las circunstancias eran otras.