Barcelona se ha marcado como meta eliminar todos sus pisos turísticos en 2029 para ampliar el parque público de vivienda e intentar controlar los precios, que han subido más de un 4% en el mes de julio. Con este escenario planteado a futuro, el Ayuntamiento de la ciudad ha dado este mismo miércoles un paso más en su cruzada contra estos inmuebles y ha comprado un edificio en la Dreta de l’Eixample para destinarlo a viviendas de alquiler social.

Redactora jefa de información autonómica