En momentos del año donde millones de personas se desplazan para disfrutar de un merecido descanso, las infraestructuras críticas —aeropuertos, redes ferroviarias, carreteras— se convierten en el corazón logístico de un país. Su funcionamiento continuo, seguro y eficiente no es solo una cuestión técnica: es una necesidad social, económica y política. Y en el centro de todo ello, se encuentra el mantenimiento.