Tras bajar su interés del 15% al 7% han recortado las pérdidas del 30% a solo el 12%

deuda convertible

El terremoto que provocó el coronavirus en los mercados llevó a la deuda de más riesgo de la banca -los bonos contigentes convertibles- a cotizar en niveles nunca vistos desde su creación, con su rentabilidad llegando a dispararse por encima del 15%. Sin embargo, al contrario de lo que ha pasado con las acciones, las aguas se han calmado en los Cocos, que han recuperado casi dos tercios de lo perdido durante el crash, mientras su rentabilidad caía a la zona del 7,3%.

LA JAPONIZACIÓN DE LA BANCA

Durante las últimas semanas en prácticamente cualquier métrica bursátil que se le ocurra al inversor la banca de la eurozona ha batido su récord histórico a la baja. El sector ha tocado mínimos de valoración por su multiplicador de beneficios, sobre su valor en libros y el tangible, mientras que por precio también marcaba su cota más baja de la historia llevando sus pérdidas desde máximos de 2007 al 90% por precio y al 70% incluyendo el pago de dividendos.

materias primas

Ayer finalmente se cerró un pacto histórico en el marco de la OPEP+ para recortar la producción y poner fin a la guerra de precios, pero durante las últimas semanas, en medio de las especulaciones sobre la reunión de la OPEP, la crisis de demanda por el coronavirus y el enfrentamiento entre Arabia Saudi y Rusia, los precios del petróleo han vivido una montaña rusa -en la que han acabado bastante abajo, toda vez que arrancó el año en 70 dólares, cayó por debajo de los 23 y ahora se queda en la zona de los 33 dólares-.

FLUJOS DE FONDOS

Durante las primeras semanas de pánico por el Covid-19, se registraron movimientos históricos en mercado y también en los flujos, con los inversores entrando en la deuda gubernamental y monetarios a ritmos nunca antes vistos. Según los cálculos de JP Morgan, las entradas en estos productos y en depósitos al otro lado del Atlántico alcanzaron los 1,5 billones de dólares (1,38 billones de euros a los precios actuales), una cantidad que estaría pendiente de volver al mercado cuando el comportamiento de los inversores minoristas comience a normalizarse.

RENTA FIJA

La crisis del coronavirus ha provocado un terremoto también en el mercado de deuda soberana, que disparó la rentabilidad de los bonos soberanos periféricos hasta la intervención del BCE para calmar las aguas. Y, en medio de este movimiento, los inversores mostraron su preferencia por la deuda española -en el 0,72%- frente a la portuguesa -en el 0,86%, lo que hizo que el diferencial se abriese hasta niveles no vistos en más de un año, si bien es cierto que en las últimas jornadas este se ha vuelto a estrechar.

El petróleo sube un 47% desde mínimos

A pesar de la fuerte caída que han experimentado las petroleras en lo que va de año, desde los mínimos el rebote ha sido contundente, con las grandes integradas del Viejo Continente remontando todas ellas entre el 30% y el 60%, impulsadas en gran parte por el fuerte rebote que ha experimentado el petróleo en las últimas jornadas. Royal Dutch Shell se anota cerca del 60%, Total lo hace un 55% y BP otro 45%. Mientras, Eni logra subir un 40% y Repsol lo hace cerca del 35%. Pero, ¿qué han hecho las firmas del sector ante esta situación?

RENTA VARIABLE

Una vez que el mercado ha entrado en una fase bajista -que se suele entender como una caída de más del 20%-, la gran pregunta que se hacen los inversores es cuándo se ha producido el suelo en la renta variable. El fuerte rebote que han experimentado las bolsas desde mínimos -alcanzó el 22% en Europa y el 17% en Estados Unidos- podrían hacer pensar que ya se ha visto el punto más bajo de los índices, pero lo cierto es que hay múltiples ejemplos de rebotes de consideración que no lograron sacar al mercado de su fase bajista.

no se descuenta lo peor

Durante los últimos años los inversores se han acostumbrado a pagar una importante prima por las bolsas a uno y otro lado del Atlántico -especialmente en Estados Unidos-, por lo que a pesar del desplome vivido en las últimas semanas con una contracción fuerte de los beneficios se seguiría pagando una prima importante frente a la media de los últimos 10 años.

Se espera una fuerte contracción

Sobre el papel, comprar algunas de las firmas históricas del Ibex 35 es una ganga atendiendo a las previsiones de los analistas. Pero si algo se ha demostrado a lo largo de la historia es que el consenso es mucho más lento que el mercado en poner en precio los recortes de beneficios en época de contracción, una tendencia que aún se hace más remarcable en una crisis de una rapidez inédita en la época reciente y de la que aún es difícil conocer la profundidad.