
Durante las primeras semanas de pánico por el Covid-19, se registraron movimientos históricos en mercado y también en los flujos, con los inversores entrando en la deuda gubernamental y monetarios a ritmos nunca antes vistos. Según los cálculos de JP Morgan, las entradas en estos productos y en depósitos al otro lado del Atlántico alcanzaron los 1,5 billones de dólares (1,38 billones de euros a los precios actuales), una cantidad que estaría pendiente de volver al mercado cuando el comportamiento de los inversores minoristas comience a normalizarse.
"Los retail no fueron los responsables de la primera fase de la corrección pero amplificaron el movimiento durante las dos últimas semanas de la misma, particularmente en la deuda corporativa. Las buenas noticias es que la fase de pánico de los mismos parece haber pasado. Tras cuatro semanas de ventas indiscriminadas, los inversores han disminuido las mismas y han comprado bolsa por primera vez desde comienzos de febrero", apuntan en la entidad norteamericana.
Según desgranan desde el banco, los fondos de deuda gubernamentales recibieron entradas de 900.000 millones de dólares (unos 830.000 millones de euros) y hacia depósitos se canalizaron 600.000 millones de dólares (unos 550.000 millones de euros). "Es probable que este dinero entre de manera gradual en el mercado de deuda y de renta variable a medida que los minoristas continúen normalizando su comportamiento y cubran su infraponderación en bolsa", argumentan.
Según los datos de EPFR, entre el 26 de marzo y el 1 de abril se produjeron entradas de dinero en 3 de los 4 mercados de renta variable desarrollada: EEUU, Europa y Global, mientras que en Japón se produjeron modestas salidas de dinero. "La esperanza de que los estímulos, las políticas monetarias y el distanciamento social pongan un suelo en la pandemia y en su daño económico ha ayudado", apuntan.