La nueva normalidad y la reactivación del turismo tras la pandemia de la COVID-19 están marcadas por cambios radicales en el comportamiento del consumidor, con sus nuevas necesidades, prioridades y preocupaciones. Todas las empresas turísticas tienen que adaptarse o incluso cambiar su modelo de negocio, con una agilidad y rapidez nunca vistas. Es un desafío para todas, especialmente para las pymes y los autónomos de nuestro sector, pero también es una fuente de oportunidades.