Olas de calor, lluvias torrenciales, inundaciones, sequías… Son fenómenos cada vez menos anecdóticos, que desgraciadamente copan la actualidad. La DANA que golpeó Valencia el pasado 29 de octubre, provocando 224 fallecidos e innumerables destrozos materiales, es una de las últimas evidencias de cómo los fenómenos meteorológicos extremos están generando ya graves consecuencias sociales. Según la evidencia científica, detrás de estos eventos está el cambio climático, lo que exige hacer un análisis en profundidad que nos ayude a comprender el impacto que tienen las emisiones de gases de efecto invernadero y el uso intensivo de combustibles fósiles en el clima del planeta y en nuestras vidas cotidianas. Sin duda, lo que no se nombra no se puede cambiar.