Distribución
Llaman al timbre. Un repartidor entrega una caja grande de una marca de moda. Dentro hay un par de tejanos en varias tallas y varias camisas del mismo corte, pero distinto color. El consumidor se lo prueba en la tranquilidad del hogar, al horario que le conviene y lejos de aglomeraciones y colas. Finalmente, solo una de las prendas le convence, así que días más tarde el mismo repartidor vuelve para recoger los productos a devolver. Todo ello a coste 0 por parte del consumidor. Para la marca de moda -y el medioambiente- esa es otra historia.