Catedrático Emérito de Química Física de la Universidad Complutense de Madrid

Está claramente aceptado en la literatura científica que la nicotina crea adictos y el humo del tabaco convencional ( o de combustión) es muy dañino para la salud debido a su alto contenido de sustancias toxicas y cancerígenas. Por ello es comprensible la preocupación del Ministerio de Sanidad por regular y combatir el consumo de tabaco . No obstante , en la nueva propuesta del Ministerio se echa en falta el propósito de evaluar soluciones para fumadores empedernidos y por tanto que no se tengan en cuenta, como ocurre en otros países, el uso de alternativas menos dañinas como el cigarrillo electrónico y el tabaco calentado. Desde luego la mejor opción y la más sana es la de dejar de fumar, pero como describo más adelante para aquellos que no puedan o no quieran dejar de fumar existen alternativas menos toxicas y dañinas que el cigarro convencional.

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