Un primer semestre sorprendente, en primer lugar por la resiliencia de la economía norteamericana, que reduce las expectativas de bajadas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal de las seis que se esperaban en enero a las tres o dos que se pronostican ahora. Y en segundo lugar porque lo que parecía que iba a ser el año de la renta fija ha acabado siendo un ejercicio en el que algunos índices bursátiles registran ganancias de doble dígito, como es el caso del Ftse MIB, el Ibex o el EuroStoxx, y con la bolsa norteamericana acercándose a este rendimiento.