Opinión
El reciente anuncio de la prórroga del Plan MOVES III hasta el 31 de diciembre de 2025, acompañado de una inyección adicional de 400 millones de euros, ha sido recibido con entusiasmo por muchos sectores. Es comprensible: cualquier esfuerzo por incentivar la transición hacia formas de movilidad menos contaminantes merece ser celebrado. Pero también es un buen momento para detenernos y reflexionar: ¿estamos construyendo una movilidad sostenible, accesible para todas las personas, y sustentable a largo plazo?