Opinión | Amador G. Ayora
03/06/2017, 18:00
Sat, 03 Jun 2017 18:00:11 +0200
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Dicen que a perro flaco, todo se vuelven pulgas. El miércoles, una noticia de Reuters sobre la posible intervención del Banco Popular por parte del BCE tiró la acción casi el 7 por ciento; el jueves otro infundio sobre el Fondo Monetario la mandó a los infiernos, con una caída del 18 por ciento y el viernes se desplomó otro porcentaje similar, después de conocerse por elEconomista que el Santander es la única opción de salvar entidad. Los 1,2 euros por acción, equivalentes a unos 5.000 millones, que Francisco González ofreció al expresidente de la entidad, Ángel Ron, a finales del año pasado, se antojan inalcanzables.