Un temor se ha adueñado de los mercados: que los 'impuestos temporales' a la banca se conviertan en persistentes y recurrentes, mientras que se están exportando a lo largo de toda Europa como un mecanismo más para que los gobiernos puedan recaudar y cuadrar el déficit. Una perspectiva que preocupa a los expertos que siguen al sector que ven cómo la expansión de esta tasa o fórmulas similares puede elevar la inseguridad jurídica y hacer menos atractivas a las entidades en los mercados frente a sus rivales de EEUU o de otros países.