Escribiendo cosas económicas desde 2018, pero ya he pillado unas cuantas crisis. Di mis primeros pasos en Europa Press y luego en El Confidencial. Ahora sigo el rumbo del dinero y los mercados en El Economista.

Hay tres palabras que hacen temblar a los mercados… aunque ahora parecen desactivadas: Estrecho de Ormuz. El paso angosto entre Arabia e Irán es un trayecto necesario para que pase el 20% del crudo del planeta. Una vía totalmente clave y el cuello de botella más importante del mundo. Sin embargo, a pesar de que JP Morgan ha dicho que espera un barril disparándose a los 150 dólares si hay un bloqueo y que el propio parlamento de Irán ha dado luz verde a su gobierno para tomar esta medida… prácticamente no ha habido movimientos, y el precio del petróleo está cayendo este lunes, incluso después de que Irán haya atacado la principal base militar estadounidense en la región, la base de Al-Udeid.

Este sábado EEUU lanzó en primera persona una operación militar contra las instalaciones nucleares de Irán. Este último paso llevó al parlamento persa a votar para dar vía libre al Ejecutivo del país para un eventual cierre total del estrecho de Ormuz. Las tensiones están en máximos y pocas veces en los últimos años se recuerda una escalada mayor. Sin embargo, los mercados permanecen en relativa calma, tanto los petroleros como los de renta variable.

A comienzos de mayo Trump firmó una orden legal para que las farmacéuticas bajen los precios de sus medicamentos. Aunque no había una cifra concreta se hablaba de recortes de un 90%. Desde la propia industria señalaban que el decreto lanzado entonces generaba grandes dudas por sus implicaciones. Más allá de lo que pueda pasar en territorio estadounidense, los expertos están empezando a señalar que esperan claras alzas en Europa debido a que la propia legislación ha señalado al Viejo Continente como el gran beneficiado de un "subsidio involuntario" a través del sector sanitario.

Prácticamente todas las empresas tecnológicas del mundo se han centrado en desarrollar equipos e inversiones con las que desarrollar su propia IA o extender negocios al calor de esta revolución tecnológica. Sin embargo, mientras su llegada ha cristalizado en la promesa de mayores ingresos, rentabilidad y cambio de paradigma empresarial sin precedentes… el sector que está apostando tan fuertemente por ella está inmerso en una oleada de despedidos desde hace años que no remite. Una paradoja que parece tener más que ver con los errores del sector que con el impacto de la nueva tecnología en sus plantillas.

Los aranceles traerán subidas de precios y el motor está en el centro de toda esta dinámica. Esta era la tesis que mantenían todos los expertos, que daban por hecho que los importes en los concesionarios cambiarían mes a mes. Con gravámenes concretos a los vehículos, sumados a los generales, este sector es el gran perjudicado por estas medidas. Sin embargo, si bien nadie duda del golpe que suponen, una estadística ha sorprendido a todos. Los coches, tanto nuevos como de segunda mano, vieron como sus precios no solo no aumentaban, sino que retrocedían. En particular los primeros bajaron un 0,3% y los segundos un 0,5%.

La Unión Europea ha dado un paso clave en su política de desconexión del gas ruso. Tras años de guerra y enormes problemas para cortar el cordón que une la energía de esta país con el Viejo Continente, la UE anunció este miércoles una hoja de ruta para acabar con el gran problema que mantiene vivo el suministro: los contratos vigentes . Estos compromisos de abastecimiento firmados hace tiempo y cuya duración se extiende más allá de 2030 no se pueden romper sin una importante justificación. Según el comisario de Energía, Dan Jorgensen se iniciará un proceso para ir prohibiendo paulatinamente todos los contratos que unen ambas partes.

A pesar de que los aranceles son la gran amenaza inflacionaria que se cierne sobre EEUU (y sobre el mundo) al nivel de bloquear a la Fed en sus recortes de tipos, la sangre no ha llegado al río, dejando a muchos desconcertados. Los últimos datos del IPC relativos a mayo, con gravámenes de tres cifras para China y algunos ya operativos a Europa y a productos específicos (como el acero o los automóviles), han marcado alzas de solo una décima respecto al mes anterior. Un 2,4% interanual y una subyacente en el 2,8% ha llevado a los analistas a una conclusión, los aranceles no han llegado pese a su anuncio y su puesta en largo oficial. Los expertos están advirtiendo de dos factores clave, un escudo que han construido las propias empresas y una 'trampa' de China con la que está consiguiendo eludir los aranceles.

El seis de agosto de 1945 el mundo cambió para siempre. EEUU lanzó entonces por primera vez en la historia una bomba atómica, que repitió tres días más tarde con otro bombardeo. Hiroshima y Nagasaki se convirtieron en el símbolo de una nueva era. La rendición de Japón fue incondicional y el agresivo Imperio del Sol Naciente que se había esparcido por Corea, China, Indochina, Filipinas y el Pacífico firmaba una nueva constitución —dictada por Washington—, en la que quedaba prohibido no solo declarar una guerra, sino incluso poseer un ejército convencional. Japón solo tendría unas 'Fuerzas de Autodefensa' mínimas. "Aspirando sinceramente a una paz internacional, el pueblo japonés renuncia para siempre a la guerra (...). Para alcanzar ese objetivo no se mantendrán fuerzas terrestres, ningún potencial bélico, ni se reconocerá el derecho del estado a la beligerancia", reza el artículo 9 de su Carta Magna. Ahora todo esto parece cambiar a pasos agigantados con el rearme mundial y, en particular, el europeo.

EEUU se ha encontrado con una frente inesperado que está generando tensión, en particular en su sector bancario. Los impagos se están disparando provocado por un verdadero tsunami de estudiantes endeudados que han renunciado a devolver sus préstamos. Los pagos llevaban condonados años por parte de la administración de Biden, una medida de la pandemia que se extendió hasta la actualidad. Sin embargo, a pesar de que creían que pasaría de puntillas sobre este asunto, Trump ha optado por retirar esta medida y obligar a pagar a millones de jóvenes, que, en buena medida, han optado por no hacerlo, algo que ha provocado importantes movimientos estadísticos.